«La libertad es muy bonita; el dinero llega»
Covadonga, la expresa indultada a petición de la cofradía del Perdón en 1998, el año en que se retomó la tradición, fue ayer testigo excepcional del acto en la plaza de la Catedral. Viajó desde Valencia, donde vive, con su hija pequeña de siete años y una nieta para rememorar el momento y contemplar desde fuera la «emoción del perdón». «Me alegro mucho de que le hayan dado el indulto; ahora que lo disfrute», deseó a Alfredo. «La libertad es muy bonita; el dinero puede venir trabajando», añadió al recordar que ella fue condenada a 18 años de prisión por varios atracos (la petición del fiscal alcanzaba 39 años). El indulto le llegó cuando disfrutaba de tercer grado penitenciario, pero fue para ella un «reconocimiento a mi actitud y comportamiento» que no hubiera logrado -piensa- sin la mediación de la cofradía.