Diario de León

| Reportaje | El Martes Santo | ASTORGA

Las siete cofradías se hacen una

La procesión del Vía Crucis convocó ayer en Astorga a todas las hermandades que forman la junta profomento en un recorrido pleno de fervor y visto por miles de personas

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Maite Almanza - astorga
León

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La Semana Santa cobró ayer en Astorga nuevo sentido, como vinculo de unión entre todas las cofradías que componen la junta profomento de esta fiesta en la ciudad. Desde media tarde las hermandades fueron saliendo de sus respectivas parroquias y cabildos, para llenar de aromas a incienso las calles y plazas de Astorga, en las que se escuchaba con rotundidad, o se adivinaba en la distancia, el sonido seco de los tambores y los dolientes acordes de las cornetas. Las hermandades se unieron en la plaza Mayor desde la que se dirigieron en un único desfile hacia la Catedral, en la procesión del Vía Crucis que organiza la entidad que las reúne, para participar en el citado acto religioso. Más de dos centenares de braceros pujaron los siete pasos que acapararon gran parte de la atención de los miles de curiosos y fieles que contemplaban el desfile. La cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén portó el Cristo del Amor y del Perdón, la única imagen de todas las procesionadas ayer que sólo sale el Martes Santo. La talla iba precedida de una escuadra del regimiento Santocildes de la ciudad. Mientras, la real cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno portó La Farola, a la que los hermanos le sustituyeron la instalación eléctrica para intentar prolongar su iluminación interior. Del barrio de San Andrés partió la cofradía del Bendito Cristo de los Afligidos, llevando a hombros la Cruz del Sudario, y acompañada de la banda de cornetas y tambores de la hermandad. Tres cofradías salieron del centro de Astorga para sumarse a la comitiva. La Santa Vera Cruz pujó el Atado a la Columna que en la noche del domingo, a causa de la lluvia, hubo de ser trasladado en furgoneta desde su parroquia en Piedralba hasta el monasterio de clausura de Santa Clara, al cuidado de cuyas monjas pasó la talla las horas previas al desfile de ayer. La banda de cornetas y tambores de la hermandad, así como vecinos de Piedralba y representantes de cofradías de la zona, completaban el cortejo. La cofradía Damas de la Virgen de la Piedad portó a su titular, que ya procesionó el pasado lunes, mientras que la hermandad de Caballeros del Silencio llevó en mano las catorce Farolas del Vía Crucis, y la de la Santa Cena procesionó el Prendimiento. Los cofrades en hileras y varias bandas foráneas completaron el desfile, que implicó a buena parte de los cofrades de la ciudad.

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