La procesión del Silencio recorrió en la noche de ayer las calles de La Puebla La hermandad de la Santa Cena venció a la lluvia y sacó a la calle su procesión titular

Cientos de fieles se dieron cita ayer por las calles del barrio de La Puebla de Ponferrada para asistir a una de las noches de la Semana Santa que, cada año, congrega a más creyentes. Se trata de la procesión de Jesús Nazareno del Silencio, que organiza la cofradía del Jesús Nazareno del Silencio. Pasadas las diez y media de la noche, los miembros de la Hermandad salieron de la iglesia de San Pedro Apóstol para recorrer las principales vías del centro de la capital berciana. El protagonista de la velada fue la talla de Jesús Nazareno del Silencio. Los ponferradinos esperaron en la noche apacible, en la que la lluvia no hizo su aparición, por el centro de la ciudad para no perderse el paseo de la imagen del Nazareno. La segunda Hermandad más antigua de Ponferrada tiene un papel notorio en la Semana Santa. De hecho, los cofrades pujaron ya el pasado domingo de ramos, a uno de las tradicionales tallas de dicha cofradía, la imagen de Jesús entrando en Jerusalén con la conocida como borriquilla. La hermandad de la Santa Cena le ganó anoche la partida a la lluvia, que durante el día hizo temer por la suspensión de la procesión, e inició ésta tras la tradicional bendición de los panes. Previamente, los jóvenes de la parroquia de Rectivía congregaron a numeroso público en su via crucis viviente que representó la Pasión y Muerte de Jesús. La escenificación corrió a cargo de una veintena de jóvenes del barrio y media docena de seminaristas que, por primera vez, asumieron el papel de algún personaje. Como novedad, los organizadores recordaron la celebración del año eucarístico con la introducción de una escena en la que Cristo Resucitado se aparece de nuevo ante los apóstoles para compartir su pan. El vía crucis repasó momentos fundamentales, como el prendimiento, las tres caídas, la expiración en la cruz o el entierro. La representación, que se prolongó una hora, estuvo exenta de decorados, y contó con los únicos apoyos de la iluminación del presbiterio de la iglesia, la música que reforzó los instantes centrales, y los trajes de los participantes, entre los que cabe destacar los utilizados por los romanos y por el pueblo hebreo. Con guión e idea original del grupo de jóvenes, la propuesta alcanzó este año su décimo tercera edición. Mientras, la Santa Cena procesionó en ruedas su paso titular y la Oración en el Huerto, ambos realizados en madera policromada por Manuel Aldrey en Santiago de Compostela en 1952 y 1955, respectivamente. El primero sigue el modelo compostelano realizado por Sanmartín en el siglo XIX mientras que el segundo está inspirado en el mismo tema de Salzillo. Completaban el cortejo el Prendimiento de Cristo, elaborado también en madera policromada por José Romero Tena en Valencia, en 1909, y el Cristo Cautivo, obra realizada en Astorga en la década de los noventa que portaron cuarenta costaleros. En alusión al año eucarístico, las autoridades escoltaron a la Santa Cena en lugar de cerrar el desfile. La hermandad de Caballeros del Silencio iniciará a las 22.00 horas de hoy la procesión del mismo nombre en la parroquia de San Bartolomé.