La lluvia no impidió el encuentro entre la Virgen y el Resucitado con el que concluyen los actos de Semana Santa
Y la Soledad se vistió de blanco
El recorrido por separado culminó en la Catedral con la suelta de palomas y el baile de los pasos
A pesar de la lluvia la Hermandad de Jesús Divino Obrero pudo realizar la procesión del Encuentro con la brillantez que le caracteriza habitualmente. El cortejo partió de la iglesia afincada en el populoso barrio del Ejido con una representación de hermanos de filas de las Siete Palabras. Previamente el guión de la hermandad simbolizaba el arranque de los acontecimientos que se iban a desarrollar. El icono del cristianismo manifestado a través de una cruz latina, vacía y con los brazos redondos fue portado por los miembros más jóvenes y entusiastas de la orden. Un paso que presentaba la novedad de llevar el trono de la imagen del San Juan, de madera con relieves de simbología bíblica. La escolta de la Cruz vacía fue realizada por miembros del Servicio de Cruz Roja.. En la parte posterior se ubicó la sobresaliente Banda de Música de Dulce Nombre de Jesús Nazareno creada en 1998 donde sus acordes van mejorando cada año gracias a la dirección de su maestro conocido cariñosamente como «Tori». La representación de la Hermandad de Santa Marta no podía faltar. El paso de San Juan fue pujado en un trono cedido por la cofradía de las Bienaventuranzas. Destacó de manera especial la Banda de Cornetas y Tambores femenina creada en 1992 que se ha consolidado como un auténtico clásico en la semana pasional leonesa. Una fila de hermanos del Divino Obrero servía como presentación del paso de La Soledad realizado por Víctor de los Ríos 1958 - 60 con escolta de la Policía Local de León. Sus braceros portaron el paso con vigor y ritmo ayudados por la Banda de Música de las Siete Palabras que les precedía alcanzado un alto grado de calidad musical. Todo éste cortejo se dirigió por Jose María Fernández hasta la Catedral donde se unió, procedente de Sierra Pambley, con el Resucitado, también de Víctor de los Ríos de 1959, que a su vez venía precedido por la Banda de Cornetas, Tambores y Gaitas creada en 1959, siendo la pionera en León. En la Plaza de Regla se produjo es esperado Encuentro realizándose el cambio de ropaje de la Soledad del luto al blanco, mientras de fondo se escuchaba un entrañable Sermón sobre los últimos momentos del Señor. La suelta de palomas marco el punto desbordante de todos los asistentes, junto con el himno de la Alegría interpretado por la Banda organizadora. Los braceros y el resto de hermanos se liberaron de sus capirotes bailando los pasos con alborozo. A pesar de la climatología, magnífico colofón para la Semana Santa leonesa.