La procesión de la Dolorosa desata el fervor de los ponferradinos

Silencio y recogimiento religioso. El fervor popular arropó a la Virgen de la Dolorosa en la primera procesión de la Pasión de la Semana Santa. A las ocho de la tarde comenzaba una misa en la basílica de La Encina, para a continuación iniciar el tradicional acto de la promesa solemne por parte de la junta de gobierno de la Hermandad Jesús Nazareno de cumplir y hacer cumplir sus estatutos. Los cofrades, vestidos con sus túnicas, se presentaron frente al altar de La Encina y allí retomaron la tradición ancestral. Después de la promesa, salió la imagen de La Dolorosa, obra de José Juan González hacia 1939. Desde la plaza de La Encina, la procesión discurrió por la calle Paraisín, para seguir por Cruz de Miranda, Jardines, la plaza del Ayuntamiento, la calle del Reloj y terminar finalmente en la plaza de La Encina. Aunque durante todo el día amenazaba la lluvia, finalmente no hubo agua y la procesión pudo salir sin contratiempos. En Ponferrada hay un sentir popular que dice que si La Dolorosa puede salir a procesionar y no llueve, el resto de las procesiones también tendrán la misma suerte.