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| Reportaje | Sábado de Pasión |

La Piedad y Jesús entre sus brazos Cerca de 200 braceros en los pasos

Cientos de fieles arroparon ayer la procesión de Jesús de la Esperanza desde su inicio en la plaza de Santo Martino, en la que se representaron escenas de dolor y de penitencia

Publicado por
Carlos San Juan - león
León

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Pasan unos minutos de las seis y media de la tarde. La plaza de Santo Martino se encuentra llena de fieles espectadores que esperan ansiosos a que la Procesión Jesús de la Esperanza salga de la Colegiata de San Isidoro. En el interior se respira un ambiente de nerviosismo, y los miembros de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Sacramentado y María Santísima de la Piedad Amparo de los Leoneses, junto con la de Las Siete Palabras, ultiman los detalles para iniciar el recorrido procesional, ante la mirada de cientos de espectadores; y tras los rezos en la Basílica de San Isidro. Uno a uno, los pasos procesionales del Cristo, La Piedad y la Virgen de Nuestra Señora de los Reyes, junto con la Virgen con Jesús en sus brazos, fueron saliendo de la colegiata a hombros de los papones, bailando el paso del Cristo a tres marchas distintas antes de iniciar el itinerario previsto por la calle Sacramento. Uno de los momentos más emotivos se produjo con la actuación de la Coral Isidoriana en la Plaza de San Isidoro, donde los pasos procesionales se alinearon representando la pasión entre Cristo y La Piedad al son de tambores y cornetas. Unas melodías que corrieron a cargo de las bandas de El Cristo de la Victoria, Santa Marta y las Siete Palabras. Otro de los momentos de mayor emoción del cortejo sin duda tuvo lugar a su paso por la Capilla del Cristo de la Victoria, en el centro de la calle Ancha de la capital leonesa, donde se realizó una estación de penitencia con una interpretación que hacía alusión ha la jaculatoria. Indumentaria y novedades La procesión estuvo todo el tiempo arropada por diferentes interpretaciones musicales, que junto a la indumentaria de los papones hicieron revivir lo acontecido durante la Pasión de Cristo; una indumentaria, la de la cofradía de Jesús Sacramentado, característica por su color azul, sin tablas y mangas anchas, con el gran emblema en el centro de la túnica de forma ovalada y dividida en dos campos: dos ángeles tenantes con el cordero místico, por un lado, y el descendimiento de Cristo, por otro. Esta cofradía cuenta ya con 350 hermanos y presentó este año novedades como diez varas de mando nuevas para los seises y una medalla de distinción para el hermano mayor, Manuel Pérez, fundador de la cofradía y que ocupa este cargo por primera vez, quien destacó de este año los nuevos adornos del Cristo y el manto, ahora color crema, de la Virgen. La procesión finalizó con el regreso a la colegiata de San Isidoro por la calle del Cid, entre una emoción sólo emergente en este santo día. Los pasos procesionales fueron llevados a hombros a manos de cerca de 200 braceros que, a lo largo de todo el recorrido, protagonizaron la Pasión de Cristo bailando los pasos. La Piedad fue portada por 65 braceros, los que se suman otros 66 de la Virgen de los Reyes, de Melchor Gutiérrez, y otros 55 más del Cristo Yacente. Este último aparece en la imagen a su llegada la Plaza de San Isidoro, lugar que acogió uno de los momentos más emotivos de todo el itinerario procesional. Un paso que en la parte delantera estrena este año nuevos adornos en sus extremos, siendo el elemento clave de la procesión de Jesús de la Pasión.