La Pasión bañezana y la leonesa se hermanan en una emotiva procesión

Los bañezanos y visitantes vibraron ayer con el sonido de las cornetas, los tambores y las gaitas que acompañaban a la procesión de Hermandad de las cofradías de Nuestro Padre Jesús Nazareno de la ciudad y de Jesús Divino Obrero de León. Las locales de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad y de la Vera Cruz se sumaron a la comitiva aportando, como las anfitrionas, sendos pasos semanasanteros y componiendo uno de los cortejos más emotivos de la Semana Santa bañezana. La cita, que tiene carácter itinerante y alternativo entre la localidad y la capital de la provincia, cumplió ayer su décimo primera edición, y, en vista del resultado, con una estupenda salud. Abrían el desfile los estandartes de las hermandades a los que seguía la Vera Cruz de la cofradía del mismo nombre, y cofrades de Jesús Nazareno en filas precediendo a una docena de representantes de las Águedas de Santa María, que añadían recogimiento al recorrido. La banda de aquella hermandad custodiaba al Crucificado, que oscilaba con el andar acompasado de sus braceros. Mientras la Virgen de las Angustias asomaba a lo lejos por un lateral de la plaza Mayor, invadía las calles el intenso olor a incienso. Después, los cofrades de Jesús Divino Obrero se apoderaron de la calle desfilando en hileras y portando la Soledad, seguida de su banda, mientras los numerosos asistentes se agolpaban al paso del cortejo.