La Dolorosa desfiló cubierta por un plástico y apenas 45 minutos

La Archicofradía de Nuestra Señora de los Dolores no tuvo suerte por segundo año consecutivo, y su imagen titular hubo de ser procesionada cubierta por un plástico para impedir que la lluvia, que comenzó instantes después de iniciado el desfile, dañara la imagen, obra de José de Rozas en 1705. Cabe recordar que esta hermandad tuvo que suspender su cortejo el año pasado también a causa de las inclemencias meteorológicas. Por lo menos en esta ocasión, y coincidiendo con la celebración del tercer centenario de la talla, la archicofradía pudo partir de la parroquia de San Bartolomé. Uno de los faroles delanteros del paso lucía un lazo negro en señal de duelo por el fallecimento hace unos meses de Javier Ibáñez, bracero de la Virgen. No obstante, la adversa climatologia se dejó notar y la hermandad decidió recortar el recorrido por la plaza de Santocildes, lo que permitió que la talla, que pujaban 45 braceros, sólo permaneciera en la calle 45 minutos. De regreso a la parroquia la archicofradía cumplió, aunque esta vez bajo techo, con la tradición de cantar la Salve a la Virgen, que fue objeto del rezo de dos estaciones del vía crucis. La talla entró en la iglesia desprovista de su improvisada protección, justo cuando la lluvia remitió por un momento. La desilusión se reflejaba en los rostros de los braceros, las cofrades y los numerosos fieles que decidieron acompañar a la imagen, una de las que más devoción despierta en Astorga. La banda de la Asociación Cultural Justo y Pastor, la cruz y los ciriales, y las autoridades -entre las que figuraba el obispo, Camilo Lorenzo- y presidencias completaban la comitiva.