| Reportaje | Un cortejo mariano |
La Virgen como protagonista
La procesión del Dolor de Nuestra Señora saca hoy a la calle un cortejo netamente mariano, con los tres pasos de la Virgen de la Cofradía de Angustias y Soledad
Cortejo creado en 1993 debido a la necesidad que la Cofradía de Nuestra Señora de Angustias y Soledad tenía por salir a la calle con todo su patrimonio cada año, puesto que a raíz del Pacto de la Concordia de 1830 todos los esfuerzos de la hermandad se centraban en la organización del Santo Entierro del Viernes Santo por la noche durante los años pares, de tal forma que existía un vacío entre los hermanos al no poder procesionar de forma continuada. Es una procesión con un claro sentido mariano puesto con los tres pasos que la componen son Vírgenes, aunque con distinta tipología. La Virgen de las Angustias responde al tipo de Piedad renacentista del siglo XVI, tallada en bulto y con una autoría sin determinar aunque presuntamente pueda ser de Juan de Juni o alguno de sus seguidores. Es una advocación muy frecuente, no solamente en el ámbito penitencial, sino también en los actos litúrgicos más ortodoxos y por supuesto en el devocional. Fue restaurada en 1996 en el Instituto de Conservación de Bienes Culturales de la Facultad de Bella Artes de Madrid, siendo escoltada en sus desfiles por la Policía Local con indumentaria de Guardia de Gala. El trono fue realizado por Víctor de los Ríos en 1947 con unas llamativas e inusuales águilas en las esquinas. Paso de sabor muy sevillano La segunda talla que discurre en la procesión Dolor de Nuestra Madre es La Soledad, imagen de vestir o de bastidor, anónima y presumiblemente realizada a comienzos del siglo XX, aparece sola en el trono del paso con una rica candelería. El palio con reminiscencias barrocas fue realizado por las monjas Clarisas Descalzas de León. El trono fue elaborado por el taller andaluz de los Hermanos Marín Díaz al igual de los varales de 1996, la peana y la candelería en 1998 y en 2000 los candelabros. Todo ello da como resultado un conjunto de sabor netamente sevillano. El tercer paso que la cofradía de Angustias y Soledad porta durante el cortejo de esta tade es la Virgen de las Lágrimas, una talla realizada en el año 1952 por Manuel Gutiérrez Álvarez con la intención de sustituir a la Soledad incorporada durante el siglo XIX, imagen controvertida pues rompía los cánones estéticos que hasta ese momento se habían producido, sin ningún culto hacia la belleza plasmando un gran dramatismo y un rostro con facciones muy duras.