Los leoneses abarrotaron las calles para contemplar la procesión del Santo Cristo del Perdón
El público arropó al Perdón en un cortejo triste por la falta de indulto
Un grupo de catorce reclusos portó el paso de la Condena de Cristo entre grandes ovaciones
Miles de leoneses y visitantes contemplaron anoche la procesión del Perdón, que cada año acapara el protagonismo del Martes Santo, a pesar de que en esta ocasión la cofradía organizadora no pudo ver cumplido su deseo de lograr el indulto de un preso, como es tradición. Y es que este año el Consejo de Ministros no consideró oportuno establecer esa medida de gracia. El joven cumple condena por un delito de lesiones, cuestión que ha pesado en la decisión del órgano gubernamenta. La ausencia del preso no impidió que se cumpliera buena parte del ritual de la procesión del Santo Cristo del Perdón cuyos responsables no ocultaron cierta decepción por no haber logrado cumplir uno de los objetivos del colectivo. Así, el locus apellationis de la Catedral leonesa volvió a acoger la representación de una tradición que la Cofradía instauró desde su nacimiento en 1964 y que fue suspendida por motivos políticos hasta el año 1972. Gracias a la intervención del actual vicepresidente segundo y consejero de Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid, el leonés Alfredo Prada, actual Seise de Honor de la Cofradía, en 1998 León recuperó uno de los actos más destacados de su Semana Santa. A su llegada a la plaza de la catedral, la comitiva, de la que formaban parte un grupo de catorce reclusos que portaban el paso de la Condena de Cristo, recibió una calurosa ovación del público asistente, entre quienes se encontraban el obispo de León, Julián López, el alcalde de la ciudad, Mario Amilivia, el subdelegado del Gobierno, Francisco Álvarez, y varios ediles. Ante el pórtico del templo, el Orfeón Leonés interpretó varias piezas musicales para acompañar la ceremonia. Allí, el abad, en nombre de la Cofradía dio lectura a la petición de perdón, explicó que el indulto no fue otorgado y expresó la «enorme tristeza» que provoca esa circunstancia. En su intervención, el obispo de León invitó a los asistentes a «contemplar al Santísimo Cristo del Perdón, dejar que nos mire a cada uno como miró a Pedro y poder arrepentirnos del mal que hemos hecho o del bien que hemos dejado de hacer».