El desfile, sólo para hombres, lo encabeza el hermano limosnero recogiendo donativos
El Silencio vuelve a recordar el fervor y la solemnidad de la Pasión
La Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración procesiona dos imágenes
La procesión del Silencio es uno de los momentos de máxima religiosidad y fe de la Semana Santa leonesa. Estas condiciones se basan en el orden y el profundo fervor de los integrantes de la cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración muestran en el cortejo del Silencio. Entre las particularidades de la procesión de hoy está el ser un desfile integrado exclusivamente por hombres. El hermano limosnero se sitúa delante de la comitiva recaudando fondos para realizar una donación benéfica designada previamente por la orden. Este elementos se recuperó en el 2004. El origen de la procesión se remonta a 1941. Antes de esta fecha se realizaba el Vía Crucis, alcanzando su máximo apogeo en la década de los años 50 con el Padre Javier de Valladolid. En aquella época se procesionan dos pasos. El primero es una es una copia del famoso Cristo de Medinaceli de Madrid denominado popularmente como Jesús del Rescate. La imagen de Jesús aparece con la soga echada al cuello y es obra del gallego Asorey siglo XX. El segundo es un Crucificado de García Irurozqui, realizado en 1941. Es necesario resaltar la figura de los Crucíferos, penitentes anónimos que portan sobre sus hombros las cruces.