El paso del luto riguroso al blanco

Tras los acordes de las marchas de la banda se produce el cambio de manto de la Virgen, del negro riguroso, producto del luto al blanco como símbolo de liberación realizado por un hermano de la orden. Mientras tanto tiene lugar el Sermón que durante muchos años corrió a cargo de Majín Mayo Falagán. La suelta de palomas desde distintos puntos de la plaza, entre ellos el propio paso del Resucitado, dan comienzo a un nuevo periodo cargado de alegría y jubilo representado simbólicamente al destaparse los braceros los capirotes quedando con la cara al descubierto. El colofón final Las marchas del Himno de la Alegría y el Himno Nacional pondrán colofón al evento. El epílogo lo pone la celebración de una solemne Misa presidida por el obispo Julián López. Los orígenes de la ceremonia se remontan a finales de la década de los años cincuenta con el Padre agustino Moisés María Campelo que realizaba una serie de alocuciones en distintos puntos del recorrido, durante la procesión de la Soledad durante el Sábado Santo por la noche, siendo el germen del Domingo de Resurrección. Lo más novedoso que ha sucedido en el seno de la cofradía durante este año fue la concesión del título «Real», único en León con la excepción de la Real Cofradía de Minerva y Vera Cruz.