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«Voy a pujar el martes para agradecer, no para pedir»
Doce internos de la prisión de Mansilla, para los que la cofradía promueve permisos y Cáritas acompañamiento, irán de braceros con la Condena de Cristo
Acercar la realidad penitenciaria a la sociedad es uno de los objetivos de la cofradía del Santo Cristo del Perdón. Para ello, promueve permisos extraordinarios a favor de reclusos que, voluntariamente, hacen de braceros del paso la Condena de Cristo. Este año son una docena de hombres, en su mayoría extranjeros, que pujarán el paso con otros setenta braceros de la cofradía. Harvey García Carbajal, que tiene pendientes tres meses de su condena de tres años por tráfico de droga, es uno de los internos que se ha prestado a participar en la procesión: «Soy católico practicante» y, añade honestamente, «¿quién va a rechazar una oportunidad de salir a la calle?». Es colombiano y aunque ha vivido siete años en España su futuro está sin despejar: «Espero tener posibilidades de quedarme en España, pero aún no lo sé». Tampoco procesionará con el Perdón bajo ninguna promesa: «Voy a pujar el martes para agradecer, no para pedir», contesta, para añadir que «ésto es algo que he aprendido en mis circunstancias actuales». Tiene una hija de doce años que ignora su situación, pero le duele tanto o más «haberle fallado a la familia, porque son gente del campo muy noble». C. J. B., de Ecuador, es otro de los internos que pujará la Condena de Cristo. También se declara creyente, pero matiza que la oportunidad de salir en la procesión es «una forma de demostrar que a pesar de que hemos cometido un error, la sociedad no nos cierra todas las puertas y estamos dispuestos a servir en algo».