Diario de León

El «locus apellationis» en la Catedral y las estaciones de la Expiración, momentos clave del día

La Virgen y el Perdón protagonizan el Martes Santo con el Vía Crucis cantado

Angustias lucirá sus tres pasos marianos en la procesión del Dolor de Nuestra Señora

Momento de la procesión del Perdón del pasado año, cuando no se concedió ningún indulto

Momento de la procesión del Perdón del pasado año, cuando no se concedió ningún indulto

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Javier Caballero Chica - león
León

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El acto penitencial organizado por la cofradía del Santo Cristo del Perdón, que se presentó a la sociedad leonesa el 13 de abril de 1965 durante la procesión del Pregón. La finalidad más importante de la cofradía es la liberación de un preso, acontecimiento que se produjo por primera vez en 1965 interrumpiéndose en 1971 por decisión del Ministerio de Justicia. En 1998 se retomó la idea original de la absolución de un reo hasta nuestros días con la excepción del año 2006 que no se produjo el indulto. El cortejo parte del patio del Hogar de los Desamparados en la calle Corredera, durante su recorrido se produce una ofrenda floral frente a la «capilla de Ánimas y del Santo Cristo de Fuera de la iglesia de San Martín». Tras una breve parada y ofrenda floral al grupo Andadura interpreta el tema : «Perdona a tu pueblo Señor» . Frente al Locus Appellationis, en la portada occidental de la catedral leonesa tiene lugar el momento más importante de toda la procesión, la liberación del reo. El abad de la cofradía solicita el indulto de manera pública frente al pueblo de León y a continuación el alcalde lee la indulgencia concedida al preso. Seguidamente es recibido de forma simbólica por el resto de los hermanos de la orden bajo los acordes musicales del Orfeón Leonés. Con una plática por parte del obispo se da por concluido el acontecimiento de la indulgencia. El séquito pasional retoma su itinerario para dirigirse a su casa parroquial en el barrio de la Vega. Los pasos que configuran la comitiva son cuatro. El primero de ello Santo Cristo del Perdón, talla titular de la cofradía realizado por Ángel Estrada en 1966, representa a Jesús arrodillado frente al mundo momentos antes de su muerte. Temática muy característica en el ámbito barroco siendo uno de sus máximos exponentes el escultor Luis Salvador Carmona. El trono, de magnífica factura, fue realizado por Sebastián Hidalgo con la representación de un Vía Crucis y dos emblemas. La Madre de la Paz de Amado Fernández 1984, el trono tiene motivos alegóricos a la Virgen tallados por el escultor leonés Bécker. El tercer paso corresponde al Cristo de la Esperanza, obra de serie de mediados del siglo XX, procesiona desde 1985.Por último la Condena de Cristo de Manuel López Bécker donde se plasma de forma escultórica el momento en que Jesús es condenado por blasfemo en presencia de Caifás, Anás y José de Arimatea. La persona elegida es un boliviano de 66 años acusado de un delito contra la salud pública al transportar una maleta con droga ante la necesidad económica familiar tras la muerte de su hijo, padre de sus nietos. Procesión del Dolor de Nuestra Madre Cortejo penitencial organizado por la cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad en 1993. Se aprobó su realización en la Junta de Gobierno del 22 de enero de ese mismo año. La idea de la creación de una nueva procesión surge por un doble razonamiento. Por un lado tras el acuerdo de la Concordia de 1830 en el cual queda estipulado que la organización del Santo Entierro correrá a cargo de Angustias los años pares y los impares Minerva y Vera Cruz. De tal forma que durante los años que no participa en la elaboración del Entierro sus apariciones pasionales son muy escasas. Con la creación de la procesión Dolor de Nuestra Madre se garantiza procesionar todos los años y no de forma alterna como sucedía anteriormente con la excepción de la participación del Lunes Santo en la procesión del Pregón. El segundo motivo viene marcado por el sentido mariano de la cofradía. Cuando se decide la creación del nuevo cortejo, tan solo la cofradía del cordón amarillo afincada en Santa Nonia y la cofradía María del Dulce Nombre señalaban el protagonismo de la Virgen de forma relevante. La junta de seises consideró dar un mayor protagonismo a la madre de Jesús, máxime si tenemos en cuenta el carácter mariano de la misma. La novedad más destacada para la presente edición es la realización de un bajo - trono para el paso de la Virgen de las Angustias a cargo de Felipe Fernández Pérez con la peculiaridad que el escultor se encuentra en la actualidad en régimen de tercer grado penitenciario. La cofradía necesitaba un imaginero para la realización de la obra y el recluso medidas de reinserción social, ambos con una gran devoción hacia la Piedad de Angustias, resultó sencillo que sus caminos se cruzaran. El trono original se remonta a mediados del siglo XX bajo la gubia del escultor cántabro Víctor de los Ríos, con la realización de unas espectaculares águilas en las esquinas. A mediados de la década de los años ochenta se amplia el trono bajo la tutela del artista Luis Estrada. La aportación de Felipe Fernández consiste en la realización de unos elementos de madera calados a base de motivos vegetales y la disposición de emblemas circulares con las siglas de la Virgen de la Angustias todo ello rodeado de estrellas de ocho puntas. El trabajo se realiza a mano sin ningún tipo de ayuda tecnológica como el pantógrafo, en una nave cercana a Santa Olaja de la Rivera. La cofradía intercedió ante Instituciones Penitenciarias para que le permitiese trabajar en el proyecto. Del mismo modo Fernández Pérez contó con el apoyo de casi tres mil firmas de sus vecinos de Fresno de la Vega y Valencia de Don Juan pidiendo su absolución. Los otros dos pasos que configuran el séquito Dolor de Nuestra Madre son La Soledad de comienzos del siglo XX y la Virgen de la Lágrimas de 1952 realizada por Manuel Gutiérrez, adquiriendo su nombre en la reunión celebrada el 22 de enero de 1993. Vía Crucis popular leonés cantado Evento organizado por la Cofradía Cristo de la Expiración y del Silencio desde 1993 tras la recuperación del tradicional Calvario popular cantado según la costumbre de los pueblos leoneses. El cortejo recorre el templo de los franciscanos deteniéndose frente a las catorce estaciones estratégicamente señaladas marcadas mediante cruces latinas. La única talla presente en la oración es el Crucificado del vasco García Irurozqui realizado en 1941, siendo tiempo atrás imagen titular de los toreros en Madrid. A la finalización del Calvario se entona el cántico de «las llagas» dando paso al populoso acto del besapié ante el Santo Cristo de la Expiración antes mencionado. El coro encargado de la realización de la parte melódica durante todo el recorrido procede de la localidad de Villalobar. El origen del Vía Crucis popular cantado lo encontramos en la Venerable Orden Tercera que partía del convento de San Francisco recorriendo diferentes estaciones delimitadas por cruceros de piedra, muchos de ellos desaparecidos durante la Desamortización de Mendizábal en el siglo XIX. El calvario transcurría por la actual calle Covadonga a través de un frondoso y conocido paseo del túnel hasta la avenida de la facultad. El acto tendría lugar el Jueves o Viernes Santo con la representación de diferentes conjuntos procesionales como un Nazareno, Ecce Homo (el balcón), una Soledad y un Crucificado. Todas ellas desaparecidos en la actualidad. Para la recuperación del Calvario ha sido necesario varios años de investigación utilizando los archivos de la Venerable Orden Tercera y el convento franciscano. El resultado es un acontecimiento entrañable y multitudinario por parte de los fieles.

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