Diario de León

| Reportaje | El juego de las chapas |

La Junta tramita 57 autorizaciones

«No es lo que la gente dice. Nadie se juega la casa», desmitifica el propietario de un bar de La Bañeza que lleva alrededor de treinta y cinco años organizando corros con monedas alfonsinas

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A. Domingo - la bañeza
León

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La suerte a cara o cruz, la pasión del dinero, se juega en León. La Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León ha dado el visto bueno a 57 solicitudes de autorización de partidas en la provincia durante los días de Semana Santa, en los que la Ley del Juego en la comunidad autónoma permite la celebración de las partidas. Del total de las autorizaciones, siete corresponden a León capital, mientras que el resto se distribuyen por toda la geografía provincial, dentro de la tradición de optar a alguna ganancia extra de la forma más sencilla o, al menos, sin el esfuerzo que requiere el trabajo. En La Bañeza existen seis establecimientos autorizados para que vuelen, por encima de la cabeza del jugador, las monedas alfonsinas. Un número no demasiado elevado en el disperso mapa del juego tradicional de estas y, aunque no lo recoja la ley, también de otras fechas. La tradición Uno de los locales autorizados con mayor tradición en el juego de las chapas es el Mónaco, un bar de la calle de Fray Diego Alonso, en el que su dueño, Ángel Rubio, desmitifica un juego en cuya invención se quiere involucrar a Judas Iscariote, como si no hubiese tenido pecado suficiente. Durante treinta y cinco años, «más o menos», se ha oído el tintineo del cobre al chocar contra el suelo. «No es lo que la gente dice, que se juegan la casa», señala Rubio, que ve este juego como «algo tradicional, ligado a estas fechas». Este empresario de hostelería no considera complejos los trámites que se deben realizar ante la Administración autonómica para conseguir la autorización. En el Mónaco, las partidas se juegan cuando «se forma partida. Nunca sabes cuál es la mejor hora. Antes la gente ya estaba jugando a las tres y media de la tarde, pero, ahora, las costumbres han variado y hasta las seis y media o las siete no suele haber gente», señala Rubio. Y sí, el tiempo cambia costumbres y en el 2007 el Día del Triunfo, el de jugarse grandes fortunas, según se decía, pasó sin chapas en La Bañeza y eso son palabras mayores.

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