| Crónica | Al paso | PROCESIÓN DEL PELLEJERO
Y en León se hizo el Silencio El cortejo profano de Genarín llena las calles de orujo y juerga
La capital se adentra hoy en los cuatro días grandes de su Semana Santa, que ayer se llenó de emotividad con la procesión del Silencio
Sol y frío, como no podía ser de otra forma en una buena tarde del mes de abril en León. Y, con ese buen ambiente, salió a las calles de la capital leonesa la Procesión del Silencio, organizada por la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración y del Silencio, donde -un año más, y como no podía ser de otra forma- destacó el silencio y el recogimiento que se vivió entre la multitud de fieles que asistió por las calles de León al paso de la acto procesional. Al paso del Cristo de Medinaceli, paso más importante de esta cofradía, cuya primera participación en este cortejo data por primera vez de 1949 y que fue llevado a hombros por medio centenar de braceros, los leoneses sintieron la profundidad del sufrimiento de Cristo en las horas previas a ser llevado al Gólgota y ser cruficado. Al Cristo de Medinaceli se le unió en 1994 la talla del Bendito Cristo de la Expiración cuya beneración habitual se realiza en la iglesia franciscana y que es obra del escultor vasco García Irurozqui. Tiempo atrás, esta imagen fue la titular de la cofradía de los toreros de Madrid. Dos hechos destacan sobre manera en esta procesión: el que sólo sean hombres los que participen en ella y el recogimiento de todos y cada uno de sus actos procesionales, como sucede con los crucíferos, esos penitentes anónimos que portan sobre sus hombros cruces de madera; sin olvidar al hermano limosner, que pide a los fieles sus dádiva para las actuaciones benéficas de la orden penitencial. Ronda Lírica Pasional El presidente de Promonumenta, Agustín Suárez, fue el mantenedor en esta ocasión de la Ronda Lírico Pasional «Luis Pastrana Giménez», que es uno de los acontecimientos que se desarrollan durante el tiempo de Pasión con un fuerte contenido cultural. El único santo no oficial de todos los que conforman el imaginario de la Semana Santa leonesa llenará las calles de la ciudad durante esta noche. El cortejo de los seguidores de Genaro Blanco y Blanco, Genarín discurrirá por las calles del centro histórico de la ciudad hasta desembocar en frente a la muralla, en la carretera de los Cubos, donde el famoso pellejero leonés encontró la muerte bajo las ruedas del primer camión de la basura de León, a principios de siglo. En honor de la figura del venerado borrachín se vaciarán botellas de orujo. «Y siguiendo sus costumbres, que nunca fueron un lujo...»