| Reportaje | Ponferrada vivió con intensidad su Jueves Santo |
La última cena antes de la muerte
Miles de fieles acompañaron ayer a los cofrades de Jesús Nazareno en un acto procesional en el que la Cena de Cristo con los doce apóstoles convirtió un sentimiento en razón de fe
Las calles de Ponferrada vivieron ayer otra jornada de recogimiento, devoción y emoción contenida en una nueva estación de la Semana Santa que ayer hizo parada en la Santa Cena. Organizada por la hermandad de Jesús Nazareno y con un único paso como guía del acto, miles de personas fueron las protagonistas de un acto que cada año reúne pasiones, sentimientos y toda la fe propia del cristianismo. Cientos de cofrades, ataviados con las túnicas características de la citada hermandad, fueron recorriendo calle a calle, acompañando al paso de la Cena, en su devenir por una historia que cada año se repite igual de emocionante y que entre la luz de las velas y candiles y la oscuridad de la noche ponferradina queda rodeada de un ambiente a tragedia, la que horas más tarde va a suceder con el Cristo salvador, el Cristo que muerto en la cruz resucitará días más tarde para jolgorio de todos. La Santa Cena fue precisamente ayer el anticipo a una jornada, la de hoy, donde la intensidad es si cabe mayor. Una Cena que precisamente inició su recorrido desde la plaza del Ayuntamiento de la capital berciana al son de las cornetas y tambores y ante un gentío notable. La calle del reloj, la plaza de la Encina, Gil y Carrasco y la avenida del Castillo fueron los siguientes escenarios por los que discurrió la procesión dentro del Casco Antiguo de la ciudad. Cruz de Miranda, Jardines y nuevamente plaza del Ayuntamiento donde se ha instalado una carpa para acoger a los numerosos pasos que saldrán a lo largo de estos días se convirtieron en los siguientes destinos de una procesión que contó con un aliciente especial y siempre agradecido, el de las miles de personas que a lo largo de todo este trayecto acompañaron no sólo a los cofrades del Jesús Nazareno sino al paso que, con Cristo y los doce apóstoles, se ha convertido desde hace mucho tiempo en una de las estampas de la Semana Santa ponferradina. Todo a lo largo de un trayecto de varias horas en el que la fe de los participantes y de todos aquellos que presenciaron el cortejo procesional fue el mejor argumento para convertir la noche del Miércoles Santo en una jornada llena de emotividad, la misma que presidirá todos y cada uno de los actos previstos para hoy viernes, el sábado y el domingo, día en el que el Cristo ya resucitado llenará de alegría a los ponferradinos y bercianos que acudan a la procesión.