| Reportaje | Ponferrada, en la vigilia de la vida a la muerte | TARDE DE DOLOR VELAS LA DESPEDIDA SAN JUANÍN, EL MENSAJERO
Tiempo de lágrimas, amargura y esperanza Un camino de sollozo iluminado por cirios y farolas
Miles de ponferradinos se emocionaron ayer con la procesión de la Soledad en el penúltimo acto de una Pasión que hoy c
Dolor, emotividad y altas dosis de devoción se convirtieron ayer en los principales argumentos del penúltimo acto de la Semana Santa ponferradina, la procesión de la Soledad de la Hermandad de Jesús Nazareno. Con la noche como testigo y las luces de velas, cirios y farolas como guías del cortejo, miles de personas fueron testigos de uno de los momentos más especiales de la Pasión en el que el cariño hacia la virgen y el sentimiento de dolor por la muerte de Cristo darán paso horas más tarde al jolgorio de la Resurrección. Las calles del Casco Antiguo de Ponferrada volvieron a acoger este desfile que con salida desde el convento de las Madres Concepcionistas fue discurriendo por arterias como la calle del Reloj, la plaza de la Encina, el Paraisín, Cruz de Miranda, Jardines y plaza del Ayuntamiento siendo sus últimas estaciones la calle Ancha y el Museo de las Cofradías, escenario en el que, a su despedida, se le tributó el merecido homenaje con la tradicional salve. Todo para poner punto y final a una noche cargada de sentimientos que a pesar de la amenaza de la lluvia, pudo desarrollarse con normalidad como esperaban los miles de fieles que se congregaron a lo largo del trayecto para arropar a su virgen en sus momentos de dolor y soledad, instantes que el pueblo ponferradino compartió con los cofrades de Jesús Nazareno, los mismos que hoy abandonarán el tono oscuro y triste de la muerte por el alegre de la Resurrección, cuyo acto tiene lugar hoy a partir de las 11.00 horas. La Urna y el Yacente, bajo el agua La procesión del Santo Entierro volvió a reunir a buena parte de los pasos de la Pasión ponferradina, entre ellos uno de los más significativos, la Urna con el Cristo Yacente. Su recorrido, por aquello de la lluvia, tuvo que verse acortado. Devoción y agradecimiento Una de las instantáneas más emotivas de la procesión del Viernes Santo por la tarde fue la del Entierro. La devoción y sentimiento tuvieron fiel reflejo en multitud de gestos como los del cofrade que enciende los cirios de uno de los pasos procesionados. La noticia más triste Una de las figuras más queridas de la Semana Santa es la de san Juanín, el mensajero encargado de transmitirle a la virgen que su hijo, apresado y condenado, va camino de la Cruz para morir por todos. Miles de ponferradinos lo presenciaron el viernes. El trayecto que la virgen de la Soledad, único paso que ayer procesionó la Hermandad de Jesús Nazareno, estuvo acompañado por miles de ponferradinos que bajo la tenue luz de cirios y farolas vibraron y se emocionaron con una madre, la de Cristo, rota de dolor por su muerte. La noche ponferradina fue el escenario en el que el retrato de la Pasión cobró enorme fuerza en un acto que congrega a los fieles en la vigilia, en este caso el trayecto, de la muerte a la resurrección.