La Legión da espectacularidad al Santo Entierro de Minerva

Al ser año impar y según reza en el Acuerdo de la Concordia de 1830, la organización de la procesión del Entierro corrió a cargo de la Real Cofradía de Minerva y Vera Cruz. Sin duda el acto más novedoso fue la participación de una escuadra de gastadores de la Legión procedente de la sede de Viator en Almería. Portaron la imagen del Cristo del Desenclavo desde la plaza del Grano hasta la Plaza Mayor, donde tuvo lugar el momento más esperado de todo el cortejo, la colocación de la imagen en el trono del paso que esperaba vacío la llegada de los gastadores. Mientras se procedía a la colocación de la talla los legionarios interpretaron el himno de la Legión y su estrofa más famosa: «soy el novio de la muerte», mediante el acompañamiento musical de una megafonía. El numeroso público asistente disfrutó de uno de los actos más destacados de la Semana Santa leonesa, que ya había tenido sus precedentes en el año 1997 con la participación del Tercio Gran Capitán 1º de la Legión de Melilla, también invitados por la cofradía afincada en el barrio de San Martín. El segundo momento destacado del cortejo fúnebre organizado por Minerva y Vera Cruz tuvo lugar en la calle del Cid, donde varias autoridades municipales «pujaron» el paso de la Soledad como manda la tradición según consta en las Políticas Ceremonias de León de finales del siglo XVII, escritas por Francisco Cabeza de Vaca y Quiñones y Guzmán, Marqués de Fuente Oyuelo.