Sólo faltan 339 días

La radio fórmula de turno insiste en que las nubes cubren los cielos de todo el territorio nacional, y que diluvia en media España. Por la esquina de la torre de la Catedral que da a la calle Ancha, entra un sol justiciero que desarma hasta las chaquetas. La Semana Santa apura sus últimos coletazos, pero aún hay carreras de peatones camino de la plaza de Regla. Antonio Gamoneda es el único que va contracorriente, y cierra la puerta de casa calle abajo, ajeno a la marea que acude al Encuentro. A la puerta de la Pulchra, la conversación de las autoridades va por parejas. Chamorro y Susana Travesí, María José Alonso y Valderas, Mario Amilivia y un ciudadano... Sólo hacen trío dialéctico Ordóñez, Ángel Valencia y Sonia Alonso. San Juan llega a las 9.55. La irrupción del Resucitado y las campanadas de las 10.00 son todo uno y para cuando las Tres Marías llegan meciéndose, más que bailando. El escenario semeja uno de esos escaparates de las tiendas de textiles, que coleccionan paponitos de todas las cofradías en fila. Hoy son de tamaño natural. Una mano femenina empieza a desgajar el manto negro de la Madre de Dios. «No hay en ella poso de resentimiento» dice una voz en off. El paso del negro oscuro al blanco tenue parece programado. Acaba la proclama, comienza el éxtasis. «¡Leoneses, la Paz del Señor sea con vosotros!. Hoy es un día de gozo. ¡Cristo ha resucitado!». Decenas de palomas se apoderan del espacio aéreo que rodea la esquina de Cardenal Landázuri con el resto del planeta y el himno nacional suena con fuerza. Capillos fuera. No hay más dolor. Abrazos aquí y allá, y comienza la cuenta atrás. Ya sólo quedan 339 días para el próximo Viernes de Dolores.