Un milagro en forma de indulto
Teresa Lorden Rodríguez vive con «fe e ilusión» la ocasión de redimir la pena de seis años y seis meses por lesiones en la procesión de la cofradía del Perdón, que consiguió su indulto
Teresa Lorden Rodríguez, una cabreiresa de 67 años condenada a seis años y seis meses por un delito de lesiones, es la décimo octava persona para la que la cofradía del Santo Cristo del Perdón consigue el indulto desde su fundación en 1964. Es la décima de la segunda etapa desde el restablecimiento de esta tradición de Semana Santa en 1998 y la tercera mujer. El Consejo de Ministros, presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, aprobó el viernes pasado el indulto de Teresa Lorden a propuesta del Ministerio de Justicia, que tuvo en cuenta la petición de la cofradía leonesa avalada por los informes favorables de la junta de tratamiento de la prisión de León. La cofradía solicitó indultos para otros dos presos, ambos de nacionalidad extranjera. Teresa Lorden lleva cumplidos diez meses de condena junto a su marido José Palla, de 72 años, en la cárcel de Mansilla y en el CIS Jesús Haddad de León. Ambos fueron condenados por el mismo delito por la justicia alicantina hace diez años. El documento con la certificación judicial de la medida de gracia llegó ayer a León desde el juzgado de Elche y se transforma hoy en perdón en el acto que se desarrolla hacia las 20.00 horas frente al Locus Apellationis de la Catedral de León. Como en años anteriores, el acto será precedido de una narración del Perdón a cargo de Juan Bautista Díez y en la que interviene el Orfeón Leonés. Para la rea, el indulto «es un milagro». Vive con «muchísima ilusión» su participación en el desfile, tanto que estaba dispuesta incluso a salir a cara descubierta. «Soy una persona muy religiosa y tengo mucha fe», explica la mujer que durante las primeras semanas en la cárcel estuvo sumida en una depresión. Ahora, todo ha cambiado para Teresa: «No puedo pedir más», dijo tras saber que la parte de la condena que le quedaba por cumplir queda condonada con el indulto concedido por el Gobierno. La mujer había visitado la iglesia de San Francisco de la Vega antes de conocer la decisión: «Ya le dí un beso al Cristo del Perdón», dijo satisfecha de haberse anticipado en el agradecimiento. A partir de hoy, Teresa Lorden esperará la libertad condicional de su marido en Santa Eulalia de Cabrera, pueblo del que es natural, antes de que su vida vuelva a la normalidad por completo. «Viajaré unos días a Benidorm para ver a mi hija», aclara. El matrimonio, que vivió y trabajó durante más de veinte años en Holanda, tiene tres hijos varones y una mujer que residen en el país que les acogió en la década de los setenta.