El Santo Potajero o el nazareno de los niños bañezanos
«Es una procesión muy buena para los niños, porque es muy corta». Así definía Pablo, de 11 años, la celebración del Santo Potajero, tras recibir su ración en la capilla de Nuestra Señora de las Angustias y Soledad. Al margen de su duración, el chaval constata un hecho: todos los años son los niños los que llevan al pequeño nazareno de angustias, de 30 centímetros de altura, por las calles de la ciudad. Una vez que el potaje dejó de servirse a los pobres, éste se ofrecía a los niños, que hoy ocupan los primeros puestos en el reparto si han procesionado. | d.?m.