Viernes-¦
¿Qué tienes Tú, Señora de Señoras,
mujer ignota, triste y afligida,
madre de Dios, Paloma dolorida,
que el viernes más hermoso me enamoras?
En mis hombros te llevo cuando lloras
y te siento sin voz, desvanecida,
y en tu regazo Cristo ya sin vida,
se va con Dios, el Padre al que Tú imploras.
He querido volver para mirarte,
soñándote otro viernes a mi lado,
muriéndome de amor al rasearte.
¡Y quiero que mi hombro desgajado
no deje ningún viernes de llevarte,
Señora leonesa del Mercado!
Jorge Revenga