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Las Tres Caídas ponen en pie a todo San Andrés

La población vivió con especial fervor uno de los ritos más tradicionales de la Semana Santa en la populosa localidad leonesa

Publicado por
Nuria González
León

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san andrés del rabanedo

La Cofradía de Las Tres Caídas de Jesús, de San Andrés del Rabanedo, celebró ayer su procesión más importante por las principales calles del casco urbano. Tal como manda la tradición, en las inmediaciones de Corpus Christi (entrada al antiguo barrio del Nazareno) se celebró la ceremonia de la Primera Caída. La Segunda Caída tuvo lugar pocos metros más adelante y en el Centro Cultural Juan Antonio Posse tuvo lugar la Tercera Caída.

Además de las ceremonias de las caídas, otro acto de interés fue la emotiva despedida de Jesús Nazareno y de María Dolorosa al recogerse en la Iglesia parroquial.

En el cortejo participaron los 400 hermanos de la cofradía y tres pasos: Trono de los Atributos de la Pasión, el Cristo de las Viñas (titular) y la Dolorosa que este año estrenaba túnica confeccionada en terciopelo bordado en oro por las monjas Carbajalas.

El Cristo de las Viñas es una talla del siglo XIX. Es propiedad y se conserva en la Iglesia Parroquial de San Andrés Apóstol, en San Andrés del Rabanedo. Fue donado a finales del siglo XIX por Gregorio Marassa Olivíé,  secretario en aquellas fechas del Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo, y hermano de Ramiro Marassa que fue abad de la cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno de León. Ha contado siempre con un gran fervor popular, estando expuesto en una ermita, hoy desaparecida en el paraje conocido como Viña del Santo, de ahí el nombre de Cristo de las Viñas con el que se le conoce.

Procesionaba originalmente el Domingo de Ramos por la tarde en unas andas llevadas a hombros por cuatro hombres. De hecho la decisión de realizar la Procesión de las Tres Caídas el sábado anterior al Domingo de Ramos estuvo motivada por no interferir con esta muestra de piedad popular, hoy día desaparecida.

En la semana Santa del año 2006 estrenó túnica bordada en oro por las Madres Benedictinas del convento de las Carbajalas de León.