Perdón...
Por una vía de sueños
caminan los ferroviarios
con el Cristo del Perdón
escoltado por romanos.
Quieren alumbrar la historia
de un León que está asombrado
porque de nuevo, otro reo
está siendo perdonado.
Cuando en la plaza de Regla
vaya un papón a buscarlo,
tres Madres desconsoladas
se acercarán por Teatro
y mirarán hacia el cielo
y sus tronos, raseados,
querrán ser fieles testigos
de ese perdón milenario.
La Soledad se estremece,
Angustias sigue despacio
a las Lágrimas que, siempre,
va abriendo el itinerario
de esa noche. Una mirada
va llamando a los hermanos
del Silencio que entre velas
y cruces están rezando,
con voces muy leonesas
en el templo franciscano.
La Expiración, en silencio,
quiere seguir perdonando-¦