Nuevas luces para el Cristo yacente

león

A pesar de que por la mañana las nubes anunciaron que no se lo iban a poner fácil a los fieles leoneses, la climatología decidió dar una tregua en el día grande de la Pasión en la ciudad a cuantos salieron a las calles para ver de cerca la procesión que cerró el Viernes Santo y una de las más emblemáticas de la capital, el Santo Entierro. Alrededor de las siete de la tarde, la procesión, organizada por la real Cofradía de Minerva y Vercaruz, salía del convento de las Madres Benedictinas. Este año, que no llovió a pesar de que todo apuntaba lo contrario, las bajas temperaturas sí que hicieron su aparición, algo que no le quitó las ganas a los cientos de personas que acudieron a ver las tallas, sobre todo la del Cristo yacente, y que, en esta edición de la Semana de Pasión leonesa, volvió a ser la protagonista, sobre todo porque se introdujo una novedad: la talla estrenó una nueva iluminación, que lució durante todo el recorrido, desde su salida hasta su vuelta al convento. Los representantes municipales hicieron lo propio y, durante unos metros, llevaron a hombros la imagen, como manda la tradición.