Quousque tandem…

Vivimos momentos de reflexión, son muchos lo males que nos afligen y muchas las desgracias ocurridas en estos 115 años de historia siempre recogidas en ese arcano de nuestra existencia que es DIARIO DE LEÓN . Un pasado que comparado con el presente nos hace ver el futuro con optimismo, si bien no exento de nubarrones. Una reflexión que me lleva a retomar las palabras pronunciadas por Cicerón en el Senado romano en los años 60´s A. C y que sirvieron para prevenir la conspiración que preparaba Catilina para hacerse con el poder absoluto. Ante un profundo descontento por la situación económica, social y política impuesta por el dictador Sila, Catlina, tras fracasar en su intento de llegar a cónsul por la vía democrática y utilizando el populismo, inicio un movimiento de derrocamiento de la República.

Quizás el imperio romano representa una de las primeras iniciativas de la globalización. Hoy la globalización de los mercados, la movilidad de las personas y los capitales y los nuevos ecosistemas de información constituyen la base de nuestra sociedad. Hay, sin embargo, un descontento por las cada vez mas desigualdades sociales, por la brecha tecnológica, por la perdida de la meritocracia y la educación como ascensor social y por la incertidumbre y porque no la ansiedad, el miedo y la dificultad que generan la dificultad para regular los mercados.

Al igual que Catlina hay también voces que hoy claman contra la globalización y se eligen como salvadores de los valores de lo nacional y lo particular mediante el uso del populismo y de medios no democráticos ni basados en cumplimiento del ordenamiento jurídico: Trump en USA; Orban en Hungría, Bolsonaro en Brasil, Erdogan en Turquía, Duterte en Filipinas, entre otros muchos. Y son muchas las organizaciones y partidos de extrema derecha que defienden estas actitudes.

Nuestra sociedad es hoy más abierta que nunca, y en esta sociedad global los problemas que nos acucian son globales, donde el cambio climático y la pandemia covid 19 son un claro exponente. Y los problemas globales y complejos no tienen soluciones locales y simples. La pandemia nos ha mostrado que la ciencia es la aproximación para entender y combatir adecuadamente este tsunami. En menos de un mes se aisló el virus Sars-Cov-2 como causante del síndrome respiratorio agudo covid 19 y en menos de un año se han generado las vacunas para combatirlo.

La ciencia es el instrumento que hace a los países dueños de su futuro, es el instrumento de las sociedades avanzadas para luchar contra lo desconocido. Pero la ciencia, a diferencia de los libros sagrados, no avanza estableciendo dogmas inamovibles, verdades absolutas de hoy que pueden no ser ciertas mañana y esa incertidumbre genera ansiedad en los ciudadanos. La ciencia pone en manos de los representantes democráticamente elegidos el conocimiento que facilite su toma de decisiones. La ciencia, ni es ni será una religión, ni los científicos son diferentes del resto de los ciudadanos con las mismas debilidades y miserias .

Esta pandemia ha mostrado nuestras debilidades y desvelado en la España que nos duele las costuras de nuestra sanidad, que creíamos entre las mejores, y nuestra debilidad en la apuesta por la ciencia. Tenemos excelente profesionales, pero desgraciadamente carecemos de grandes instituciones que los secunden. Seguimos creyendo que en la acción individual reside la solución para los problemas, cuando hoy día sólo es posible contando con grandes instituciones. Harvard, Stanford o Yale son grandes no porque tengan excelentes investigadores, lo son porque es la institución la que hace grandes a sus científicos. Hoy más que nunca es necesario un cambio de actitud en la arquitectura institucional y en la financiación de la investigación y del sistema sanitario para lograr hacer de España la California de Europa, mi aspiración fracasada durante mi gestión en las instituciones y que creo hoy tiene la misma, sino mas vigencia que entonces. Deberíamos aprovechar para ello los recursos de la UE para la recuperación.

Claude Allegre, excelente científico y exministro de educación en Francia, en su libro La sociedad vulnerable describe «la incapacidad de los gobernantes para tomar decisiones en los problemas globales: se mueven entre el paroxismo o actuar tarde con medidas desproporcionadas». Es verdad que en muchas ocasiones han de decidir entre lo malo y lo peor. Pero a la hora de buscar culpables de la pandemia siempre nos quedaran los murciélagos ,como recientemente decía Sampedro, un mamífero que vuela y que muerde. Y que a mi me ha recordado mis años en San Isidoro de León, en el inicio del Colegio Jesús Divino Obrero, donde con los murciélagos compartíamos el claustro de la basílica y sobre todo lo que ha sido denominado la Capilla Sixtina del Románico: el Panteón de los Reyes. Allí entre polvo, escombros y cenizas jugábamos los colegiales y residían un buen nido de murciélagos a los que con saña maltratábamos.

No es momento para las excusas, es momento para apostar por el futuro y la apuesta por el conocimiento, la formación de personal, la digitalización, el cambio climático y desarrollo sostenible aprovechando los Fondos para la Recuperacion y Resiliencia de la EU permitirán a León recuperar su glorioso pasado: la Capilla Sixtina del Románico, la Cuna del primer Parlamento Democrático y un más que digno pasado reciente en Biotecnología Sanitaria son garantías de futuro. También para aprender de los fracasos, como por la ubicación del Centro Europeo de Ciberseguridad que ilustran una de las vías por las que hay que seguir apostando en la colaboración con grandes corporaciones como fue con Telefónica.