La sopesada elección de colegio
Conciliar la vida familiar y laboral, encajar horarios, jornada partida o continua y, sobre todo, el modelo educativo que se desarrolla en el aula convierten la elección de centro en una de las decisiones más importantes
Un alumno de la etapa de Infantil cuelga su mochila en la percha del aula al llegar a clase. ALMUDENA ÁLVAREZ
Elegir un colegio no es una cuestión baladí. De hecho, es una decisiones que más sopesan los padres cuando llega el momento de la escolarización. Ahora, además, esta decisión se adelanta desde que la Junta ha impulsado la gratuidad de la enseñanza al primer ciclo de Educación Infantil, que va desde 0 a los 3 años. Con lo cual, la decisión va más allá, ya que en la mayoría de los casos la elección afectará a la toda la vida educativa de su hijo, ya que antes este ciclo se ofertaba únicamente en las guarderías y las escuelas infantiles, donde los niños más pequeños permanecían hasta que con 3 años ya sí daban el salto el colegio.
La educación es clave. Los padres dan mucho peso en su elección al modelo educativo que se aplica en cada centro, si apuestan por el aprendizaje cooperativo o el basado en proyectos, si el colegio es bilingüe o no, si aplica alguna metodología innovadora, si apuesta por las TIC o si existen refuerzos y acompañamiento durante el camino educativo.
La formación es el pilar clave. Pero los padres también tienen en cuenta otras cuestiones como la oferta de extraescolares o los deportes, que permiten potenciar entre el alumnado otras herramientas y actitudes ante la vida. La capacidad de esfuerzo, mejorar en un idioma extranjero, la música, el baile o la pintura. Actividades que además, a su vez, permitirán ayudar a las familias a conciliar, ya que el alumno puede quedarse en el cole hasta que sus progenitores concluyan su jornada laboral en un ambiente seguro y sin desplazamientos.
La jornada, esta es otra de las claves a la hora de elegir un centro educativo. Saber si los niños desarrollarán todas sus clases únicamente en horario de mañana o si existen también clases por las tardes es otra de las cuestiones que sopesan las familias. Existen diferentes corrientes entre lo que es educativamente más correcto, ambas con adeptos y detractores, con lo que los padres y las madres valoran en la elección, además de su interés por una u otra, lo que más les encaja con sus horarios. En esta misma línea está la opción del comedor. En función de la distancia al hogar del centro educativo o si cuenta con cocina propia o cáterin, suele basarse la decisión final en este sentido. El comedor es también un espacio para las relaciones sociales de los estudiantes, un momento de convivencia que en muchos centros aprovechan para instruir al alumnado en otros valores y siempre bajo la premisa de un menú a un precio asequible pero que cumpla con todas las garantías de una dieta equilibrada y sana.