Brotes verdes sobre el polvo negro de carbón
En El Bierzo hay cuatro grandes proyectos de restauración de escombreras de carbón activos
El Día Mundial del Medio Ambiente de este 2024 se centra en la restauración de tierras y precisamente eso es lo que se está haciendo en El Bierzo desde el año 2022. En mayo de aquel ejercicio, se inició la renaturalización de escombreras de carbón con fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. La Gran Corta, en los términos municipales de Fabero, Berlanga y Páramo del Sil, y varias explotaciones a cielo abierto e instalaciones exteriores de minas en Torre del Bierzo-Villagatón y Casares-Ladil-Charcón (Igüeña) tomaron la delantera y los trabajos avanzan al ritmo previsto —deben estar finalizados en 2025— siendo perfectamente visibles ya los efectos de la labor realizada. Más tarde, a finales de 2023, se liberó también el dinero para intervenir en la escombrera de Alinos (Toreno) con un plazo de ejecución de cuatro años.
Ese plan financiado desde Europa y tutelado sobre el terreno por la Junta de Castilla y León forma parte de un proyecto millonario global que integra a Castilla y León, Asturias y Aragón. En El Bierzo, la inversión en las cuatro grandes áreas degradadas en las que se está interviniendo roza los 73 millones de euros. La mayor parte de esos fondos se quedarán en la Gran Corta, no en vano es el proyecto de restauración ambiental de explotaciones de carbón más grande de Europa. La actuación aquí se hará en más de 722 hectáreas, una inversión de más de 38 millones de euros.
Especies autóctonas
En La Gran Corta, se están remodelando el terreno y la red hidrográfica con la idea de mantener la vertiente de las aguas previa a la explotación; se está revegetando con especies autóctonas y eliminando los residuos. Además, el proyecto contempla la creación de sendas interpretativas, una zona para el estudio de los fósiles y la generación de pastos para uso agroganadero y selvicultura. El aprovechamiento maderero de las masas forestales también está entre los usos previstos.
En general, el patrón es el mismo en todas las restauraciones, con el fin de devolver a estas zonas forestales el aspecto más parecido al original y poder hacer uso de esos suelos con fines económicos, sociales y lúdicos. En Alinos, por ejemplo, el proyecto de restauración contempla la inversión de dos millones de euros para recuperar el terreno para uso agroforestal. Incluye también un humedal y una pista de acceso para favorecer actividades de ocio ligadas a la naturaleza. Son más de 26 hectáreas de una escombrera de carbón en la que todavía hoy se dan procesos de ignición o autocombustión interna de los materiales, es decir, en ciertas zonas en las que hay grietas o subsidencias se producen salidas de gases y aumento de temperatura y malos olores.
11,6 millones de euros se están invirtiendo, en varias anualidades, en Torre del Bierzo-Villagatón. Aquí se interviene en más de 90 hectáreas de terreno para asegurar la zona, recuperar el espacio y aprovecharlo también con sendas y zonas recreativas asociadas a la variante del Camino de Santiago por el Manzanal.
Pastos, ganado y madera
Por último, las actuaciones en las explotaciones Casares y Ladil y El Charcón y Rebollal y Pico (Igüeña) abarcan 249 hectáreas en las que, en 2025, se habrán invertido más de 20,6 millones de euros.
Devolverle al monte la vida que le robó el carbón y el verde que quedó teñido de negro es el fin de todas estas intervenciones. Recuperar, regenerar y crear para volver empezar con pastos, zarzamoras, castaños, abedules, robles, arbustos bola de nieve, cantuesos o tomillo borriquero, vezo piloso y trébol blanco donde había hollín.