Peñacorada, educar con cercanía
Después de un cuarto de siglo de historia el centro educativo reformará y ampliará sus instalaciones para avanzar en su proyecto sin perder la esencia formativa que le define
El colegio internacional Peñacorada considera que la educación, como tarea comunitaria, ya no puede reducirse a la transmisión de información. La figura del tutor personal, es esencial en su método pedagógico como protagonista de acompañar a los alumnos. Y eso supone atender la fragilidad, apoyar, impulsar y sacar del alumno lo mejor que lleva dentro. El acompañamiento educativo en Peñacorada es un proceso de liderazgo pedagógico a cargo de los propios profesores que se han formado para ello.
En el centro, cada alumno cuenta con un tutor que le acompaña en todo el ciclo educativo apoyándole en su proceso de aprendizaje y crecimiento como persona.
La figura del tutor personal es muy importante para los alumnos porque aparte de ser un referente, atiende las dificultades que se le presentan para canalizar sus emociones o sus circunstancias personales ya que tienen en él un apoyo y una palabra de aliento.
La comunicación constante con los padres es otro pilar fundamental de la metodología del centro. «Creemos en la importancia de establecer una colaboración estrecha entre el colegio y la familia, trabajando juntos para apoyar el desarrollo integral de cada niño», destaca el director, Carlos Burgueño, para recordar que además de las tutorías de padres, el colegio ofrece distintos formatos de programas de formación sobre educación durante el curso como conferencias, cafés-coloquio y cursos monográficos.
El tutor y el Plan de Acción Tutorial son los dos pilares en los que se apoya el programa Betutor. Este programa junto con BePlus e Izar son propios de Arenales Red Educativa y están destinados a potenciar el crecimiento personal del alumno. «Betutor es un programa abierto a la participación de otros departamentos del centro: orientación, capellanía, profesorado… permitiendo dar unidad y equilibrio a esa formación», destaca Burgueño.
El colegio Peñacorada cumple este septiembre 27 años, pero el edificio que lo acoge lleva más años en funcionamiento. Se trata de un edificio con un estilo modernista, fechado en los años 70, que empezó funcionando como el colegio-seminario El Carmelo de Armunia. En 1997 David Álvarez, Pedro María Gutiérrez y Luis Miguélez adquirieron el edificio y las instalaciones y con ellos nació la marca Peñacorada.
Tres soñadores que vieron clara la necesidad de ayudar a la formación intelectual, humana y cristiana de las futuras generaciones de León, y se embarcaron en un proyecto ambicioso, dando un paso al frente sin ninguna garantía de éxito. El crecimiento del centro ha ido orientado a la búsqueda de la excelencia en todas las disciplinas. Un claro ejemplo es la creación del Centro de Música Peñacorada, toda una sección del colegio dedicada a cultivar el amor por el arte musical entre los alumnos. La instalación de la Escuela de Música motivó la reforma de toda una planta para habilitar amplios espacios que ayudaran al correcto aprendizaje musical. Otra de las grandes apuestas de los últimos años ha sido la inauguración de las aulas Montessori de 0 a 6 años. Aulas con una estética muy concreta, donde se potencian aspectos como la movilidad, el lenguaje, la autonomía y la seguridad.
Plan de transformación
«Peñacorada ha celebrado un cuarto de siglo siendo fiel a su propósito: mejorar la sociedad a través de la educación», precisa Burgueño, para añadir que tras de un intenso análisis, en el que han participado arquitectos y miembros de la comunidad educativa, se han planteado necesidades para el colegio. Todo un nuevo plan de renovación y reformas que ayudará a mejorar la vida académica, artística y social de los leoneses.
Esta actualización se enmarca dentro de un Plan de Transformación Integral que pretendemos ejecutar durante los próximos cinco años, desde 2024 hasta 2029. Este plan busca la mejora de la vida escolar de las familias y futuras familias: invirtiendo en recursos escolares necesarios para un correcto desempeño de la labor docente; ampliando espacios para el uso y disfrute de toda la comunidad educativa y renovando estancias que requieren actualizarse.
La reforma abordará las necesidades estructurales más urgentes que reclama el propio centro: renovación de aulas, cambio de cerramientos, actualización de sanitarios… Y afrontará nuevas actuaciones estructurales (nuevos vestuarios, nuevas pistas deportivas) de las que se pueda beneficiar toda la comunidad educativa del centro y otras personales del entorno.