Ordenación del territorio
Hacia la vertebración por la industria
Los polígonos leoneses se erigen en una herramienta fundamental para la ordenación del territorio y tienen una notable incidencia en el desarrollo económico de la provincia; El Parque Tecnológico, Villadangos y El Bayo son claves
La importante extensión de terreno de que consta la comunidad autonómica de Castilla y León y el hecho de que el Estado de las Autonomías plantee desde hace más de 20 años la necesidad de reorganizar territorialmente la superficie, por su amplia extensión y por el apartado importante de divisiones administrativas provinciales que dificultan la posibilidad de dar respuesta a los ámbitos provinciales y comarcales para integrarlos con otros organismos superiores en el noroeste del país, obliga a la Junta de Castilla y León, en el ejercicio de su responsabilidad, a asumir directrices en esta materia.
Reparto
El Estatuto de Autonomía de Castilla y León otorgó a la Junta las competencias exclusivas en materia de ordenación del territorio. Fue en el año 1983. En 1998 la Ley de Ordenación del Territorio especificaba en tres de sus títulos los instrumentos fundamentales para llevarlo a cabo, que son las directrices de ordenación del ámbito regional y de los ámbitos regionales, los planes y los proyectos comarcales y la regulación de la coordinación administrativa y la participación social, todo ello por este orden.
Un estudio elaborado por los técnicos de las universidades de León, Salamanca, Valladolid y Málaga abordó esta cuestión. Sus conclusiones fueron destacadas.
El encuadramiento en el que se sitúa la autonomía de Castilla y León es el de un amplio territorio, a través del cual pasan la mayor parte de las comunicaciones e interrelaciones existentes en el Noroeste de la península Ibérica, pues se encuentra en la encrucijada de una plataforma o cuadrante, que tiene como ángulos las áreas metropolitanas de Madrid, La Coruña y eje atlántico gallego, Bilbao y ciudades vascas, además de Oporto y su entorno, a su vez circunvalado por otras áreas urbanas y metropolitanas como las de Asturias y Cantabria central, La Rioja y la metrópoli de Zaragoza, así como las ciudades de Talavera de la Reina, Plasencia, Guarda, Bragança, Orense y Lugo.
Un argumento de peso
De modo que la comparación de la meseta castellana y leonesa como «trampa de lobos» que hacía el escritor Julio Senador viene a invertirse en signo positivo bajo el prisma del territorio en red, en el que la Comunidad de Castilla y León se convierte en pieza esencial del puzzle del Suroeste de Europa.
En este ámbito, los polígonos industriales se convierten en una fórmula fundamental para llevar a cabo las actuaciones adecuadas encaminadas a la consecución de los fines que se persiguen desde la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta de Castilla y León, responsable de la planificación de este área para el conjunto de la Comunidad Autónoma.