"El problema del sector forestal es que está muy atomizado, hace falta más unión para poner en valor sus recursos"

El sector forestal en León tiene un potencial enorme, pero hace falta mano de obra joven para conseguir que poner en valor sus recursos.

Un ejemplo de éxito en este ámbito es el de Alejandro García, presidente de Pinater Servicios Medioambientales.

Su empresa nació en 2011 de la mano de dos socios y siete trabajadores que trabajan en la resina, que ahora se le conoce como el oro líquido ya que compite con derivados del petroleo pero siendo un producto bio ya que se produce de manera sostenible. En la resina trabajan unas 50 personas y los ingresos fueron el año pasado de unos 300.000 euros.

García relata que tras el incendio 2012 que calcinó casi 12.000 hectáreas en  Teleno  “nos dimos cuenta de que no solo de la resina podíamos vivir y si queríamos quedarnos en el pueblo teníamos que diversificar nuestra actividad de manera circular y fue cuando formamos una empresa forestal. Además de la resina, trabajan el aprovechamiento de  frutos rojos y desarrollan actividades de educación ambiental. “Hemos pasado de ser productores a la investigación”, relata García que trata de llevar estas experiencias de éxito a otras zonas. “Nuestro mayor logro es que siete jóvenes hemos conseguido quedarnos el pueblo, todos menores de 40 años”.

Sobre el sector forestal explica que hay mucho potencial, por la buena regeneración de los montes, en concreto del pino. “La posibilidad de corta es mayor de lo que se consume”, afirma.

Sobre su organización apuesta por lo que los propietarios de los montes se una “para buscar un futuro mejor”.

Para García, a debilidad  que temen ahora el sector es la atomización de los montes privados, “hay que intentar dar facilidades para que se unan y dar una gestión de esos recursos”. Como fortaleza que la mayoría de los montes sean de utilidad pública hace todo más sencillo, a la hora de buscar aprovechamientos, “es mejor poner de acuerdo a una persona que a varias”, explica.

Siempre se habla del sector forestal como un sector estratégico, por eso opina cualquier pequeña inversión o intervención hace que se revalorice el monte.

Acerca del relevo generacional en el sector afirma que tiene que haber un cambio en el discurso. “Siempre se nos ha dicho a la gente joven que marchemos del pueblo para triunfar, y ahora en los pueblos nos damos cuenta que hay muchos recursos. Ahora mismo en casi todos los pueblos ya tienen fibra óptica y más acceso a las nuevas tecnologías que te pueden ayudar a desarrollar tu labor en un entorno rural”. “Hay romper un lanza a favor del cambio. Estamos empezando”, añade. 

Lo que tiene claro es que quien fija población es la mujer, “pero falta trabajo digno y bien remunerado en los pueblos”.

Sobre los incendios cree que para prevenir el fuego, lo importante es poner en valor recursos. “Las personas que viven del aprovechamiento de estos recursos harán siempre lo posible para que no se produzcan incendios. Lo que hay que potenciar es dar acceso a los trabajos forestales no maderables, como el resinero”.

Otra experiencia destacable es la de Miguel García, técnico de la Asociación Forestal de León Fafcyle.

Su asociación, creada en 1986, agrupa 1.300 socios. Va desde pequeños socios hasta grandes propietarios de hasta mil hectáreas, y también unas 300 juntas vecinales o ayuntamientos. La media de superficie está en la hectárea y media, por lo que predomina el minifundio. “Nuestra actividad, además de defender los intereses de los propietarios, es darles asesoramiento para tramitar sus ayudas ante la administración, proyectos de ordenación, de reforestación, planes cinegéticos. También organizamos subastas de chopos”. En este sentido explica que  León se gestionó el año pasado la venta de más de tres millones de euros en la venta de una madera que es comprada por la industria transformadora que la transforma en chapa de madera.

Este año está muy parado porque la industria tiene mucho stock de chapado”. Este año solo se adjudicaron un tercio de lo que se ofreció.

Este experto pone a León a la cabeza de la producción de chopos, ya que tiene unas 20.000 hectáreas de chopo, de las siete mil están en la asociación, mientras que en Castilla y León hay  unas 45.000, lo que “nos indica el peso que tiene el chopo en León”.

García explica que en León lo que más se mueve es el pino para tablero aglomerado o también para fabricar biomasa.

A lo largo de la vida de un pinar (80 años) puede haber clareos de los que se puede sacar un valor, también importantes para otros aprovechamientos como la resina o el micológico.

Lo que se hace es plantar a mucha densidad para que desaparezca la vegetación competidora, pero también hay que dejarles espacio, por eso se hacen una serie de intervenciones para rebajar esa intensidad.

“El tema forestal no es solo cortar y plantar, hay mucho más”, afirma.

“Da igual que el monte sea público o privado, lo importante es que se cuiden”, añade.

Como fortalezas, opina que en el sector forestal, con poco dinero se pueden hacer muchas más cosas que en otros sectores, lo que es un potencial importante. La capacidad de generar trabajo en el medio rural es muy importante, hay mucho recorrido, el problema para él es que no hay gente joven que se quieran dedicar a ello.

La media de edad de nuestros socios es muy elevada, a lo mejor sus descendientes están mostrando interés, pero les falta formación, están un poco perdidos.

Sobre los incendios indica que la prevención del fuego es muy complicada porque limpiar el monte es muy complicado y el matorral forma parte del monte.Lo que intentamos es limitar el combustible.

Opina que la educación es fundamental, “enseñar a los niños como se puede aprovechar el monte es muy importante, ya que muchos piensan que cortar árboles es malo pero es algo necesario”.