Una nueva mirada a nuestros pueblos y sus gentes

León sin prisa (I). Una vuelta por la provincia

Epigmenio Rodríguez. Ilustraciones: Ilia Rodríguez. Impr. Gráficas Alse, León, 2010. 352 pp.

León, como todas las tierras de todos los confines, es fuente inagotable de miradas y descubrimientos. Y ésta que se encierra en estas páginas es otra mirada más, interesante, eso sí, convencido, sobre todo, como está el autor -“y es una de las citas iniciales, de Noel Clarasó en este caso- de que «viajar sólo sirve para amar más nuestro rincón natal». Teniendo en cuenta, claro, el dibujo de algunos de los caracteres, creo que atinado, de nuestra especial idiosincracia, tal como aparecen en el Preámbulo , una verdadera declaración de intenciones.

Esto me permite recomendarles de salida este León sin prisa , que es, sin duda, la mejor manera de viajar si por tal entendemos un acercamiento. El recorrido completo por la provincia, previsto en dos volúmenes, se inicia con este primero partiendo de León para llegar a Ponferrada, siguiendo por el Norte de nuestras tierras el sentido contrario de las agujas del reloj. El itinerario se marca en un mapa inicial de situación cuya numeración remite a los correspondientes capítulos.

La decisión inicial del viaje presentaba al autor la disyuntiva de hacerlo solo o acompañado. Decidido por esta segunda opción, buscó a «alguien que no hubiera estado nunca en León». Esto explica la mejor cualidad que, a mi juicio, tiene la obra: la permanente presencia de diálogos, lo que permite, al abrir el abanico con otros muchos personajes, el contraste de ideas, hechos y pareceres. Por una parte. Por otra, y como consecuencia, la amenidad.

Estructurada así la obra, con detenimientos puramente descriptivos y de ofrecimiento de datos, el viajero, los viajeros van ofreciendo al lector un recorrido exhaustivo por pueblos y comarcas y de unos y otras historia, economía, leyendas, deportes autóctonos, formas de vida, paisajes, sobre todo tipos y costumbres, la intrahistoria, la palabra viva del pueblo-¦

Cuando uno acaba este viaje, de tantas maneras repetido, y en espera ya del siguiente, se da cuenta de que existen otros viajes y otras miradas. Aquí tiene el lector la prueba. Y ojalá lo emprenda para hacer también el suyo.