Diario de León

CURIOSAS CONVIVENCIAS

Asnúpidos, listocos y turulatos

El nuevo Diccionario de americanismos, fruto de diez años de intenso trabajo de las veintidós Academias de la Lengua Española, es «una obra pionera» que refleja la gran riqueza léxica de América y muestra el in

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ANA MENDOZA
León

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Palabras como «tonto» y «borracho» tienen centenares de sinónimos en los diferentes países hispanoamericanos, donde a los que no andan sobrados de inteligencia les pueden decir «asnúpidos», «abismados», «cabeceburros» o «cocolisos»; a los listos los llaman «aguzados», «chispudos» y «listocos», y a los que se pasan con el alcohol les vienen bien términos como «cachucos», «empedados» o «turulatos».

Esta innovadora obra, la más completa del léxico americano, contiene más de 70.000 entradas y más de 120.000 acepciones, y se presentó recientemente en la sede de la Real Academia Española en un acto que congregó a los directores y presidentes de las veintidós Academias, verdaderas artífices de un proyecto que estas instituciones acariciaban desde finales del XIX y que por fin ve la luz.

Entonces el director de la RAE, Víctor García de la Concha, y Humberto López Morales, director del Diccionario de americanismos , expusieron las características de esta gran obra, que lleva ya varios meses circulando por los países hispanoamericanos, al precio de 75 dólares, y que ahora se pone a la venta en España por 75 euros. Lo publica Santillana, de fuerte implantación en América.

Como señaló López Morales, que ya ha presentado la obra en varios países americanos, incluido Estados Unidos, el Diccionario «es descriptivo y no normativo», y «es diferencial con respecto al español general», es decir, solo recoge los significados específicos de América.

Así, por ejemplo, «afinar el piano» no siempre tiene que ver con la música, porque en el lenguaje popular de Chile equivale a realizar el coito con una prostituta.

«Afincar(se)» en Puerto Rico es «pegarse mucho una pareja de bailadores»; en Cuba sería «propinar golpes» y en el lenguaje juvenil de Nicaragua significaría «besar una persona a alguien».

La palabra «agua» es sinónimo de borrachera en Cuba; «agua corta» es en Ecuador «un género musical que se interpreta con marimba y se acompaña de un baile» y «agua de culo» es en El Salvador un «brebaje que una mujer da a un hombre para retenerlo».

El Diccionario es también una obra actual, que contiene un sinfín de palabras vivas, muchas de ellas pertenecientes al vocabulario juvenil, e incluye miles de formas complejas, locuciones y frases proverbiales.

Se especifican los países

En cada artículo se especifican los países donde ese término se utiliza y se facilitan los significados que adquiere en cada uno de ellos. Algunas entradas tienen más de diez páginas, como sucede con la del verbo «dar».

«Dar agua de calzón» se dice en Honduras cuando se seduce a alguien con malas artes; «dar bola» equivale en algunos países a «prestarle atención a alguien» y, en otros, a «aceptar una propuesta amorosa» o a «coquetear». Y «dar chance» significa «otorgar permiso para algo» en países como Estados Unidos o México.

Y es que una de las singularidades del Diccionario de americanismos es que contiene numerosos términos de las distintas variantes del español en Estados Unidos, «el segundo país hispanohablante del mundo» y «donde cada minuto que pasa» hay 2,5 hispanos nuevos, lo que equivale a trece millones de personas al año, subrayó López Morales, autor de más de cincuenta libros relacionados con el español.

El autor del Diccionario se refirió también a otra de «las grandes novedades» de esta obra: la larga lista de sinónimos que incluye, que aparecen reunidos al final en un índice sinonímico.

En este índice, el lector verá las múltiples formas que hay de decir palabras como «tonto», «borracho», «pene», «vulva», «dinero», «niño», «homosexual», «prostituta» o «realizar el coito».

En América son tontos o lo parecen los «agilados», «bachilines», «caídos de la hamaca», «cocolisos», «lentejos», «pendejos», «sacos de peras» o «zanguangos». Y si a uno le dicen «pensador» no siempre es un elogio.

En algunos países hispanoamericanos, si alguien anda «arrastrando el mecate», «arriando chanchos» o «cortando caña» es que se ha excedido en el alcohol, como también están borrachos los «aguarapados», «cachucos», «doblados», «duraznos», «empedados». Y los que están «más jalaos que un timbre de guagua».

El «cortico» es un hombre de pene pequeño en Cuba, mientras que «aventajado» expresa lo contrario en Perú y «cargado» se usa en Colombia para referirse a quien está bien dotado en este terreno, como también lo estarían el «chiludo» y el «macanudo» en El Salvador, o el «miembrudo» en Puerto Rico.

En la presentación abundaron los elogios hacia esta gran obra panhispánica, pero también hubo quien dejó claro que «es absolutamente perfectible». Será responsabilidad de cada país ir mejorándola.

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