Espacios milenarios para tiempos modernos
De Babia a Sierra Morena. Un viaje ancestral por la Cañada Real de La Vizana o de
La Plata y otra vías pecuarias
Manuel Rodríguez Pascual. Fotografía: Fernando Fernández. Prólogo: Valentín Cabero Diéguez. Presentación: Román Álvarez Rodríguez. Epílogo: Ángel Fierro del Valle. Gráficas Summa, Oviedo, 2010. 256 pp.
En estos tiempos en los que la obsesión por los espacios ignotos parece una preocupación esencial, y en los que la bibliografía al respecto se reduce al recorrido bibliográfico de caminos trillados, la aparición de un obra como ésta debe ser considerada providencial. Providencial y, sobre todo, merecedora de los mejores elogios. En De Babia a Sierra Morena, Manuel Rodríguez Pascual, el mejor conocedor actual de la trashumancia, ofrece una completa y desconocida información de estos espacios pastoriles. Nadie como él reúne una vasta erudición científica junto a la experiencia personal del contacto directo con los viejos pastores trashumantes, con los que compartió en repetidas ocasiones esta durísima experiencia. De esa información minuciosa y profunda (extraída del polvo de los caminos y del polvo de los legajos) y del sentimiento de nostalgia por un espacio milenario que desaparece sin remedio, han surgido estas páginas.
Como el título indica se trata de rescatar una visión novedosa de los cientos de kilómetros de la Cañada Real de la Vizana, un extensísimo espacio cuyo verdadero conocimiento exige la decodificación de cientos de secretos. Si las diferencias del paisaje de la Babia leonesa y la Sierra Morena occidental son casi indescriptibles, no lo son menos la arquitectura de las cinco provincias que la Cañada recorre y los hábitos y tradiciones de sus gentes. Para descubrir sus misterios y su peculiaridad es necesaria la mirada del especialista, cuya pupila descubre extraños secretos. Ese es el objetivo que pretende Manuel Rodríguez Pascual y que, con todo acierto, consigue. Junto a la mirada del pastor trashumante, heredera de siglos, aflora la interpretación del erudito, descubriendo claves imposibles para el caminante poco habituado a estas empresas itinerantes. Ése es el atractivo esencial de la obra, la armonización entre saberes populares, de condición centenaria en muchos casos, y la aportación de los descubrimientos científicos. Sirva de ejemplo, su estudio de «los pueblos de León», poblaciones asentadas en la comarca pacense de Tentudía, cuyo topónimo, de León, se remonta al siglo XIII.
Esta mirada privilegiada de Manuel Rodríguez Pascual halla una feliz complementación plástica en las bellas fotografías de Fernando Fernández, de cuya síntesis surge la condición modélica de la obra, complementada gráficamente con un mapa polícromo de llamativa prolijidad informativa de todo el itinerario.