García Pavón o de cómo investigar a la española

Se llamaba Francisco García Pavón, había nacido en Tomelloso y creó a un peculiar y flemático policía -“Manuel González, alias Plinio- que resolvía todos los asuntos tenebrosos que se presentaban en la localidad manchega. Plinio, al igual que Sherlock Holmes, tenía un escudero, el veterinario don Lotario, y entre los dos solucionaban asesinatos, secuestros, robos de jamones e incluso bromas pesadas, como ocurría en El reinado de Witiza . Plinio era jefe de la Guardia Municipal de Tomelloso y sobrevivía a base de intuición y pálpitos.

El personaje aparece por primera vez en el cuento «De cómo el Quaque mató al hermano Foilón», publicado en el libro de relatos Las campanas de Tirtafuera . «Mi padre se basó en un hecho real que ocurrió en Tomelloso en los años veinte», explica la hija del novelista, Sonia García Soubriet. Para crear a Plinio se fijó en un guardia civil jubilado que había en el pueblo y que se llamaba Pedro Eugenio Cepeda. «Tenía una tertulia, al lado del estanco, y allí contaba historias de su profesión que a mi padre le encandilaban».

La editorial Rey Lear ha emprendido la tarea de rescatar todas las novelas protagonizadas por este policía manchego que aplica el sentido común y la sabiduría popular a los misterios de la vida. En ediciones muy cuidadas han ido apareciendo Plinio, primeras novelas (el volumen lo forman tres novelas cortas: Los carros vacíos , El carnaval y El charco de sangre ), Voces de Ruidera y Otra vez domingo . Las tres primeras aventuras están ambientadas en la dictadura de Primo de Rivera; el resto en el franquismo. «Lo que más me impresionaba de mi padre era su modo de comportarse con la gente; eso no lo he olvidado nunca».

En fechas posteriores vieron la luz La cocina de Plinio (recetario de sus platos preferidos) y El hospital de los dormidos . Además, en un solo tomo, se recopilaron los cuentos protagonizados por este peculiar detective. El editor de Rey Lear, Jesús Egido, quiere reivindicar a un escritor que «abrió las ventanas de la novela policiaca española, incluidas las alusiones gastronómicas».

Serie de televisión

En 1971 Antonio Giménez Rico rodó una serie de televisión basada en estos relatos. En los guiones participaron José Luis Garci y el propio autor. Protagonizada por Antonio Casal y Alfonso del Real, la serie fue un éxito y supuso el relanzamiento del escritor manchego y su personaje. García Soubriet piensa que «quedaron unos capítulos muy dignos» a pesar de los precarios medios con los que entonces se contaba. «Trasladar el universo de mi padre a la pantalla resultaba complicado».

Niega, sin embargo, que fuera el precursor de la novela detectivesca en nuestro país. «En España se habían escrito anteriormente novelas policiacas. Lo hicieron Emilia Pardo Bazán y Pedro Antonio de Alarcón. Después de la guerra civil, en años más cercanos a la generación de mi padre, surgieron varios autores. José María Álvarez Blázquez escribió En el pueblo hay caras nuevas , Tomás Salvador El charco y Mario Lacruz la espléndida novela El inocente ».

Lo que permanece vivo de la literatura de García Pavón, a juicio de su hija, es la recreación de una época y el modo de hablar de los personajes, «sumamente evocadores». «Antes de Plinio sólo se leían malas traducciones de modelos anglosajones; a partir de Plinio el lector empezó a identificarse con unos seres que sentía muy cercanos, como si hubiesen surgido de su propia familia o de las familias de sus amigos», subraya. Para el escritor Lorenzo Silva, las aventuras de Plinio «nos ofrecen claves de nuestro carácter, de por qué somos como somos».