La odisea de 5.000 colonos valencianos en el Caribe
La historia de 5.000 labradores valencianos que entre 1954 y 1955 colonizaron la República Dominicana contratados por Rafael Leónidas Trujillo salió recientemente del olvido gracias a un documental que recoge el testimonio, en su mayoría desol
Dominicana, la tierra prometida , dirigido por Salvador Dolz, retrata las vivencias de los emigrantes valencianos que al llegar a la República Dominicana encontraron que lo que les había prometido el régimen a cambio del viaje (una casa, tierras o dinero) era «un desastre absoluto».
Una de las mujeres que partieron hacia la isla caribeña desde la localidad valenciana de Silla y que cuenta su historia en el documental, Vicenta Olmos, ha relatado que cuando llegó a su destino, embarazada y acompañada de su marido y de su hija de 10 meses, «sólo había miseria».
El Gobierno de Trujillo «nos prometió el oro y el moro, casas con luz, agua corriente, una casita para que jugaran los niños y televisión», pero cuando llegaron, tras veintiún días de viaje en barco, «no teníamos ni agua, ni luz, ni nada que cenar».
«Todo fue de mal en peor, y como mi marido era el responsable de todos los que fuimos desde Silla, era el que tenía que dar la cara», explica Vicenta Olmos, que relató que el régimen de Trujillo ofreció a su marido buenas tierras. «Mi marido dijo que sí quería las tierras, pero todo su pueblo también», por lo que «lo encerraron en la cárcel de Santo Domingo», durante una semana. Tras esos días, les «echaron».
Tras la experiencia de casi un año en el país caribeño, Vicenta Olmos y su familia volvieron a Silla «a empezar de cero otra vez», pero no fueron los únicos: «Vinieron muchos barcos después y poco a poco han vuelto todos».
Experiencias muy duras
Dolz ha recalcado que en la cinta se relatan «experiencias muy duras» de personas que «las pasaron canutas pero no tuvieron que traicionarse a sí mismos». A a su juicio, la estrategia de Trujillo «fue una gran chapuza» porque se trataba de «un régimen corrupto». «Lo que quería Trujillo era producción», afirma Dolz, pues la intención del mandatario era que los labradores valencianos enseñaran a los dominicanos sus técnicas de cultivo.
El documental, rodado en la República Dominicana y en Valencia, dura 50 minutos y se ha realizado, según su director, «con un presupuesto muy ajustado». El equipo de Dolz rodó en Santo Domingo, Nagua, Constanza y Samaná, donde entrevistaron a cuatro colonos -“dos valencianos, un canario y un castellano- que siguen viviendo en la República Dominicana.
La segunda parte del documental se desarrolla en Valencia y en Silla, donde se recoge el testimonio de otros cuatro emigrantes que regresaron a casa, entre ellos el de Vicenta Olmos.
Dolz conoció la historia de estos colonos «hurgando» en las hemerotecas. «Es una historia muy conocida en su zona pero que nunca ha sobrepasado los límites de la comarca».