Claves desconocidas del toreo de otros tiempos
Luces sobre una época oscura (El toreo a pie del siglo XVII)
Gonzalo Santonja. Ed. Everest, León, 2010. 358 pp.
No hay duda de que el mundo de la tauromaquia (independientemente de actitudes de aceptación o rechazo) presenta un complejo trasfondo de relaciones culturales, estéticas y sociales. Existen multitud de trabajos y monografías que intentan un acercamiento a este mundo pero, en general, es probable que adolezcan de un cierto localismo, espacial o cronológico. No hay duda, por otra parte, de que un momento tan rico en el campo del arte y de los espectáculos como es el siglo XVII sirve de marco también al nacimiento profesional del la tauromaquia. De ahí el interés de esta obra de Gonzalo Santonja, atento observador desde hace años de este fenómeno y reconocido aficionado.
La obra tiene como objetivo el estudio de un aspecto muy concreto, «el toreo a pie» del siglo XVII, lo que demuestra que es errónea la hipótesis de que el toreo de a pie comienza en el siglo XVIII, con la llegada de los Borbones. Hay que advertir de entrada que la obra extiende sus ramificaciones documentales por múltiples aspectos y momentos de la historia, sin que falte, por ejemplo, la reproducción de una cantiga de Alfonso X el Sabio en la que se recoge la «costumbre del toro nupcial». En su rastreo erudito Gonzalo Santonja (basado esencialmente en los archivos de Valladolid, Ávila, Salamanca y Segovia, pero manejando una extensísima bibliografía más general) llega a la conclusión de que Medina del Campo es tal vez el punto de partida más relevante de este toreo de a pie, confirmando después, a través de un contrato a favor de Pedro Morcillo, los avances que se observan en la Plaza de Valladolid. El espacio taurino es uno de los elementos en los que más profundiza Gonzalo Santonja. De ello hay varias muestras en la obra. Los estudios de la plaza de Béjar, la más antigua de España (y la atención que en el siglo XVIII le dedicó el pintor Ventura Lirios) dan paso a las peculiaridades que ofrece la plaza de toros de León, recogiendo las excelentes aportaciones de Isabel Viforcos y la información de una obra muy leonesa, Las políticas ceremonias... del Marqués de Fuente-Oyuelo. No son las únicas ciudades que aportan documentos decisivos: las de Ávila y Segovia ofrecen también datos muy interesantes. Por su humildad y su alejamiento de lo urbano, resulta muy atractiva la descripción de la ermita abulense de Rihondo, tanto por sus celebraciones como por la admirable semblanza del cura de Cillán. Se trata de un curioso personaje de la tauromaquia que, aparte de su indiscutible pericia taurina, desafió las reservas de la Iglesia, expuestas en el apartado «Papas en busca del error». La búsqueda de elementos históricos en la ermita se transformará en una apasionante experiencia personal para el autor.
La obra (de una documentación tan profunda que exige una actitud muy atenta por parte del lector) se enriquece con una detallada relación de ganaderos actuales de toros bravos, que complementa la abundancia de datos del pasado de la tauromaquia.
«Por corto y en derecho (Teoría del Quijote)» es el capítulo que, con sabor de epílogo, cierra estas páginas, de llamativa y brillante erudición. Desgraciadamente, esta muestra de gran saber queda inexplicablemente empobrecida por la edición: sin hojas de respeto siquiera, con inicios de capítulo en página par, unas ilustraciones de gran pobreza plástica y algunas deficiencias ortográficas... la obra provocará desconcierto a muchos lectores.