«Leonora», Premio Biblioteca Breve

Este año se cumple un siglo desde que Seix Barral iniciara la andadura en el mundo de las artes gráficas y editorial. En el camino que asocia el nombre a una referencia señera en el ámbito hispánico tiene no poco que ver el «Premio Biblioteca Breve» de novela, que, potenciado en los últimos tiempos, nos está acercando, entre otros, a autores que escriben en la lengua común al otro lado del océano, donde el Premio es también una referencia indiscutible. Dado a conocer el fallo de este año el pasado día 7, es precisamente la periodista y escritora mexicana Elena Poniatowska -”«un clásico vivo»-” la autora de la novela premiada: Leonora , que desde el día 22 está ya en librerías.

Las tendencias de los originales presentados a esta convocatoria están marcadas por el llamativo uso de personajes referenciales del siglo XX, una sintomática percepción de que los iconos del pasado siglo ya son materia temática en la narrativa de hoy. Abundan, por otra parte, y en las obras con matasellos de España, nuevas formas de costumbrismo urbano o rural. Las de Latinoamérica, en general, inciden más en temas muy apegados a la realidad social, como el narcotráfico.

Leonora está entre las del primer bloque. Coinciden los miembros del Jurado -”Rosa Montero, Elena Ramírez, J. M. Caballero Bonald, Pere Gimferrer y Darío Villanueva-” en afirmar que se trata de un texto maestro, de literatura poderosa y llena de fascinación que mediante un material biográfico apasionante, tiene una elaboración literaria novelesca muy estudiada y medida.

Leonora es Leonora Carrington, hoy una leyenda, la más importante pintora surrealista, una mujer indomable, un espíritu rebelde que desafió a las convenciones sociales, a sus padres y maestros, y rompió cualquier atadura religiosa o ideológica para conquistar su derecho a ser una mujer libre personal y artísticamente.

Fantasiosa y excéntrica en su infancia, desafiante en su adolescencia, Leonora vivió la más turbulenta historia de amor con el pintor Max Ernst. Con él se sumergió en el torbellino del surrealismo, y se codeó en París con Salvador Dalí, Marcel Duchamp, Joan Miró, André Breton o Pablo Picasso; por Max enloqueció cuando al estallar la segunda guerra mundial fue enviado a un campo de concentración. A Leonora se le confinó en un manicomio de Santander, del que escapó para lograr, poco después, poner Nueva York a sus pies de la mano de Peggy Guggenheim. Se instaló en México y allí ha culminado una de las obras artísticas y literarias más singulares y geniales del siglo XX.

No es la primera vez que Elena Poniatowska retrata a una mujer excepcional. Con una prosa muy atractiva, la obra pretende, a través de la ficción, dar verosimilitud a la realidad y la vida. Son, en fin, de esas obras que uno no puede perder de vista. Tomen nota del hecho, del título y de la autora. Buena combinación.