Ráfagas biográficasy políticas de unreligioso eminente
Tarancón.
El quinto mandamiento
Fermín Cabal. Ed. Temas de Hoy, Madrid, 2010. 222 pp.
De entrada, no parece razonable ni, incluso, conveniente la observación de la portada: «La novela basada en la serie de televisión». La lectura de la obra confirma que no se trata de una novela, sino de una sucinta biografía, humana, religiosa y política, del cardenal Vicente Enrique y Tarancón, curiosamente denominado en la obra como Vicente, familiaridad onomástica que no parece tener mucho sentido.
Con un comienzo in medias res, el atentado contra Carrero Blanco en 1973, la obra recoge los distintos destinos de Tarancón, especialmente desde el momento en que, después de su experiencia religiosa en Tuy, es nombrado obispo de Solsona. La rica y extensa carrera del personaje, deseoso de armonizar el espíritu de la iglesia con los cambios políticos, logra un doble objetivo: completar su semblanza, de gran humanidad, y describir los delicados sucesos políticos de esos años, así como el retrato de sus protagonistas. La obra, partiendo de referencias a la Guerra Civil, abarca hasta 1977, con las primeras votaciones democráticas, y especialmente, hasta 1981, momento en que Tarancón renuncia a su presidencia de la Conferencia Episcopal. A lo largo de estos años, turbulentos y difíciles, el lector rescata momentos decisivos de la historia de España y semblanzas de reconocidos personajes públicos. Y es en esta panorámica tan compleja donde se resiente de forma llamativa la obra. Las escenas descritas (la experiencia del Concilio Vaticano II, los encuentros con Franco y con el Rey, la primera visita de Suárez a La Moncloa, entre otras) son escenas que no reciben la debida entidad descriptiva.
La obra finaliza con dos escenas testimoniales: la primera es la votación en las Cortes de la Ley de Reforma Política, que Tarancón contempla desde su despacho, en compañía de Martín Patino, su fiel colaborador. La segunda, último capítulo de la obra, se sitúa en la mañana del 15 de junio de 1977, momento en el que el cardenal Vicente Enrique y Tarancón, sin escolta, como un español más, deposita su voto en las urnas. La última página cierra esta semblanza del cardenal: «Murió en 1994, a la edad de ochenta y siete años (...). Jamás en vida recibió ningún reconocimiento a la altura de sus méritos». De ahí que esta obra de Fermín Cabal sea, aunque póstumo, un merecido homenaje.