BREVÍSIMO
Pensar y decir
«Los pobres -“se lo oí a un poeta hondureño, Sosa-” «pueden llevar a hombros el féretro
ALFONSO GARCÍA
La Cultura no está asociada, ni tiene por qué estarlo, a un título universitario. Desgraciadamente hay muchos, muchísimos universitarios que son abiertamente -“en la práctica, desde luego-” enemigos de la Cultura.
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La política y los políticos son hoy tema, inevitablemente, recurrente. Instalados en gabelas, privilegios sin límite y comodidades, es hora de actitudes profundamente regeneracionistas. Sólo el pueblo, que paga sus desmanes y caprichos, puede desbrozar este camino, hecho sin su consentimiento. ¿Será la hora de la resistencia? ¿O de la entrada en juego de la sociedad civil, ahora adormecida e indeferente? La sociedad civil ha de tomar la palabra. Es urgente.
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Por la forma de hablar y contar, parece que el asunto de los cargos y puestos políticos se reduce ya a la pura pasta . Sin tapujos y olé.
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El mundo evoluciona gracias a que las nuevas generaciones ponen en tela de juicio ideas anteriores. Las suyas serán igualmente puestas en duda por las siguientes. La cadena tiene esta exigencia.
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No hay que cerrar las puertas a los indigentes. Hay que cerrar las puertas a la indigencia. En el juego de la mínima sutilidad está asentada una postura en el mundo y eso que llaman compromiso sociopolítico.
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«El sentimentalismo es una forma de cansancio». Se lo oí a la escritora mexicana Elena Paniotowska, que citaba a Leonora Carrington.
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El buenismo como sistema puede resultar, resulta, a la larga, pernicioso. Falta, en algunos casos, a la verdad y es producto, a fin de cuentas, de un temor, oculto seguramente, difícilmente explicable.
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Es mejor callar, me dicen. Siempre compartiendo silencios cómplices. Siempre guardando equilibrios y agasajando oídos ajenos, por si acaso-¦