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JESÚS LOSADA. POETA

«Poesía es hablar de uno mismo y compartir esa emoción de la palabra con la gente»

Doctor en Filología Portuguesa y licenciado en Filología Hispánica y en Teología, Jesús Losada (Zamora, 1962) fue, además, monje trapense y es viajero impenitente por países del Oriente. Su vida, como su poesía, se debate en

El poeta zamorano Jesús Losada, cuya obra se caracteriza por la hondura.

Publicado por
NICOLÁS MIÑAMBRES
León

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­­­-”Tendrás un primer recuerdo de la poesía.

-”Mi primera experiencia poética fueron los romances que de pequeños en el colegio nos mandaban aprender en casa de memoria para recitarlos después y comentarlos. Esa importante costumbre de memorizar que, desgraciadamente ha desaparecido.

-”¿Y los primeros contactos conscientes ?

-”Fueron varios discos, ya clásicos: los discos de Serrat cantando a Antonio Machado y a Miguel Hernández. También el eco de aquel grupo, magnífico, «Aguaviva» que cantaba a Rafael Alberti y a los Poetas Andaluces Sin olvidar, aunque es más tardío, el recuerdo de Olga Manzano y Manuel Picón cantando Los Versos del Capitán de Pablo Neruda. Todos ellos me impactaron con sus letras, haciendo que comprara libros de los autores cantados. Este fue mi enganche inicial hacia la lectura de poesía.

-”Todos los profanos nos preguntamos por qué se escribe poesía.

-”Escribir poesía es, en cierto modo, hablar de uno mismo y compartir esa emoción y ese universo de la palabra con la gente. Es como un acto de comunión, donde lo importante es provocar la convulsión del lector y decirle algo que antes no haya escuchado. O, al menos, decirlo de manera distinta. Ahí es donde radica el arte.

-”Fuiste trapense, condición religiosa que debe marcar para el resto de la vida.

-”Mi experiencia de monje trapense en Oseira fue entre 1997 y 1998, cuando terminé mis estudios de Teología en la Facultad de San Esteban en Salamanca. Decidí (por mi notable interés siempre en el silencio contemplativo y en la vida monástica y austera) emprender ese viaje iniciático y espiritual al monacato, dejando fuera la velocidad de la vida que en esos momentos llevaba. En mi libro de Adonáis de 1994, Huerto cerrado del amor, está la explicación previa, la antesala de este cambio de vida .

-”¿No había otras preocupaciones?

-” Sí; también fue debido a mi gran interés por todas aquellas religiones y pensamientos diferentes de los países por donde he ido viajando y compartiendo mi tiempo entre sus culturas y costumbres. Esa sería otra de las esencias de mi entrada en el Císter.

-”¿Está muy acendrado en los poetas el sentido de la vanidad?

-” No es necesariamente patrimonio de los poetas o de los artistas; también reside en otros oficios. Quizá sea peor la mediocridad y la envidia que existe en este mundo de la escritura.

-”¿Recuerdas algún poema tuyo que te haya provocado un esfuerzo especial, una emoción concreta o un desasosiego llamativo?

-”Creo que todos los poemas provocan o gozan de ese esfuerzo. Somos los albañiles de las palabras. Lo mismo sucede con la emoción que a veces genera el desasosiego o la paz de espíritu. En mi caso la mayor parte de mis libros son poemas-”río, aunque cualquier fragmento pueda por sí mismo tener entidad propia.

-”Como es natural, tendrás títulos de poemas o nombres de poetas inolvidables para ti.

-”Más que poemas puedo hablarte de algunos libros que son un poema de poemas: Noche más allá de la noche de Antonio Colinas, Descripción de la mentira de Antonio Gamoneda y Las Personas del verbo, de Jaime Gil de Biedma. Sin olvidar a Valente, García Baena o Blanca Varela.

-”Como buen zamorano, imagino que llevas muy dentro de ti versos que evocan de forma inolvidable la belleza de tu ciudad-¦

-”Sí. «Al ruido del Duero» del libro Conjuros de Claudio Rodríguez, creo que son de una belleza plena, hablando de nuestro «Duero duradero», en esa «ciudad del alma» que llevaba tan enraizada Claudio en su corazón.

-”¿No hay demasiado surrealismo barato en la poesía actual?

-”No me atrevería a decir sólo surrealismo, sino muchos más ismos aplicables. El tiempo es el mejor filtro.

-”¿Qué hay de cierto en el rancio aforismo-¦ «publicar un libro de poesía es como arrojar un pétalo de rosa a un estanque y esperar a que haga eco»?

-”El pasado año de un total aproximado de 65.000 libros publicados en nuestro país, el 12% eran de poesía. Son evidentemente, casi un bosque infinito de rosales, para un jardín tan pequeño.

-”¿Cómo ves el panorama nacional de la poesía?

-”No soy crítico literario, pero supongo que hay una gran pluralidad de tendencias diametralmente opuestas. No sé si es bueno o no, si da más riqueza a la literatura o no. Lo más importante es que haya lectores, aunque sean esa «inmensa minoría», y el género lírico siga latiendo con fuerza.

-”¿Qué poema obligarías a aprender de memoria a un niño? ¿A un joven? ¿A un anciano?

-”El que les gustara y le dijera verdaderamente algo para sus vidas.

-”Te hago la pregunta ridícula de siempre: ¿Qué libro te llevarías a una isla desierta? Y de los libros tuyos-¦ ¿cuál me recomendarías que llevara yo?

-”Me llevaría un libro en blanco con un bolígrafo. Aunque ahora con los ebooks puedes llevarte un libro con infinidad de ellos, pero esto no vale. De los míos te recomendaría el último, Corazón Frontera. Es un viaje a través de la geografía del corazón y de las fronteras por bastantes países del mundo, el libro ideal para leer en una isla.

La sinceridad humana y la perspicacia flotan por doquier en estas confesiones. Felicitémonos por ello.