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Publicado por
NICOLÁS MIÑAMBRES
León

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Días de ira. Tres narraciones en tierra de nadie

Jorge Volpi. Ed. Páginas de Espuma, Madrid, 2011. 212 pp.

Insistente en su afán innovador, Jorge Volpi ofrece ahora «Tres narraciones en tierra de nadie», de una cierta peculiaridad expresiva, escritas en el formato literario de «la media distancia», defendido con entusiasmo por el autor. Al tiempo que advierte su diferencia con una novela, «un árbol», o con un cuento, «una flor»-¦ la media distancia es para Jorge Volpi «un pequeño arbusto coronado poblado ( sic ) con varias flores diminutas».

Las tres composiciones que integran el libro mantienen un sustrato común: el amor evocado desde una consumación casi imposible y, al mismo tiempo, localizado en un contexto cultural. Todo ello ajustado a una perceptible gradación psicológica, que arranca de lo estético, pasa por lo creativo y culmina en lo escatológico. En «A pesar del oscuro silencio», la literatura y la música (junto con los excesos del alcohol) son los factores esenciales que condicionan el drama personal de los protagonistas, Alma y Jorge. La pasión arrebatada entre «un médico y una cantante de blues » sirve de reflexión sobre el sentido unamuniano en «Días de ira», obra dividida en secuencias cuyos títulos responden a epígrafes tradicionales de ceremonias religiosas cristianas. El mecanismo creativo esencial responde al concepto metaliterario de la creación: los personajes existen en la medida en que son creados literariamente: «El manuscrito te describe justo en ese momento, cuando lo lees». Es por ello por lo que la creación viene a ser la causa de la destrucción sentimental: «Que lo has perdido todo por culpa de este maldito libro. A tu esposa y a tu hija. Tu razón, tu suerte. (-¦) Que las mentiras al escribirse se han vuelto más reales que tu verdad» (p. 136).

La cima de este proceso narrativo culmina en «El juego del Apocalipsis», narración en la que hay un cierto aire de inverosimilitud, a pesar del tono caricaturesco que esconde. No es fácil aceptar que un viaje conseguido por sorteo les permita a Johnson y su amiga Andrea, los protagonistas, llegar la isla de Patmos y conectar con personajes de la alta sociedad, representada por Monsieur Loucas. De ahí que las referencias míticas a la composición de la obra de San Juan, y especialmente a su escenario, resulten lejanas para esta pareja, a quienes acompaña Nerón, el inseparable hámster de Andrea, motivo de sus desavenencias. Esa limitación de planteamiento apuntada se constata en el desenlace: la muerte no sirve de clave convincente. A pesar de todo, es incuestionable el planteamiento de Jorge Volpi, afanoso por descubrir nuevos caminos literarios.