«La lectura de poesía requiere un sosiego no siempre fácil de conseguir»

Tras Estado de palabra , una amplia recopilación de su poesía que fue publicada también por la Fundación José Manuel Lara en esta misma colección en el año 2003, llega ahora este nuevo libro que presenta una selección de versos escogidos de entre todos los poemarios de Guillén, una breve antología que es un intento de aprovechar cualquier resquicio por el que se pueda incorporar algo de poesía a la ajetreada vida cotidiana del siglo XXI. El propio autor ha revisado su obra y ha recuperado aquellos versos que, tras la lectura de sus libros, «iban resaltando en negrita», según sus propias palabras.

Versos para los momentos perdidos nos permite realizar un curioso acercamiento a la poesía de Rafael Guillén. Estamos ante versos para los momentos perdidos y versos para el recuerdo. Versos que pueden extrapolarse del contexto en el que se hallan insertos y adquirir vida propia. Versos valederos en cualquier tiempo, es decir, ajenos a modas y tendencias pasajeras. Hay temas eternos, ya se sabe, sobre todo en poesía, y todos ellos comparecen en esta singular antología: el amor, el tiempo, la muerte, esa causa suprema a la que, para entendernos, ponemos un nombre en cada religión, la naturaleza, armoniosa o terrible, y sus elementos, la condición humana y sus inabarcables manifestaciones, la tristeza, el gozo, la injusticia, el miedo, la esperanza o la soledad.

-”¿Cómo surgió la idea de este libro?

-”La idea surgió hace tiempo. Cuando releía la selección que hizo de mis poemas Francisco J. Peñas-Bermejo para la amplia antología que, con el título Estado de palabra, publicó la Fundación Lara en 2003, observé que al leer mis poemas me ocurría algo que también me ocurría al leer los de los demás. Quizás por una extraña especie de daltonismo, veía los versos memorables resaltados en negrita, las simplezas y obviedades en cursiva y se me aparecían subrayadas en rojo las chorradas manifiestas. Pensé que, siguiendo esta especial visión se podían agrupar en tres antologías los versos de todos los poetas que en el mundo han sido.

-”¿Ha sido difícil la selección de los versos escogidos?

-”En absoluto. Me ha bastado con transcribir los que, por sí mismos, se iban resaltando en negrita.

-”¿Presenta algún verso iné-dito o todos han sido ya publicados?

-”A pie de página va detallado el poema y el libro al que cada verso pertenece. Todos, por tanto, están publicados y pueden leerse en su contexto.

-”Al ser una antología de sus poemarios, ¿cree que debe leerse de forma distinta?

-”De forma distinta, por supuesto. Ya lo aclaro en la introducción. La poesía supone un cierto -”más bien incierto-” estado de ánimo y su lectura requiere un sosiego no siempre fácil de conseguir. Éste, al no ser un libro de poemas, que requeriría ese sosiego, sino de versos sueltos, es una invitación a aprovechar cualquier resquicio por el que se pueda incorporar algo de poesía a esta ajetreada vida cotidiana que nos depara el siglo XXI. Es un libro, pues, para leer mientras empieza el telediario, o en la cola del pan (sería cruel decir en la cola del paro), o esperando el autobús.

-”¿Qué temas predominan?

-”Los temas van dispuestos en seis capítulos. -˜Los alrededores del tiempo-™, ordenado a su vez en presente, pasado y futuro. -˜Amor, acaso nada-™: el amor y sus circunstancias a lo largo de la existencia. -˜Vivir es haber vivido-™: la vida, enriquecida o no, con la experiencia, el saber, la costumbre, etc. -˜Los paisajes imposibles-™: la naturaleza, escenario, aunque también protagonista; mañana, tarde, noche, estaciones, paisaje urbano, lluvia, montaña, desierto, mar... -˜Medidme por las cosas que no tengo-™: soledad, esperanza, verdad, muerte.... Y, por último, -˜La configuración de lo perdido-™: lo que perdemos cada vez que nos vemos obligados a elegir y lo que es ya materia de recuerdo.

-”¿Cómo se presenta el panorama de la poesía española en la actualidad? ¿Sigue Andalucía siendo tierra de buenos poetas?

-”Advierto que van a operarme de cataratas y mi visión ahora no es muy fiable. Veo que a partir de la generación del 50, de la que quedamos algunos supervivientes, se han sucedido diversos grupos y tendencias que han ido enriqueciendo y actualizando la forma de enfrentarse al fenómeno poético, aunque no al mismo ritmo que los avances en la ciencia y en la tecnología. Es necesaria una perspectiva de varias décadas para ver bien en qué quedan esas tendencias.

De todos modos, observo que los jóvenes se van desprendiendo de la influencia de algunos poetas de mi generación, que basaban su inspiración en los temas cotidianos. Mi ilusión sería que se estuviese escribiendo ya la poesía del siglo XXI. Y es posible que así sea y que aún no haya aflorado a la superficie. Esta poesía del siglo XXI deberá tomar conciencia de que lo cotidiano hoy no es lo que era en los años cincuenta. Se dice que el poeta ha de ser un hombre de su tiempo y así opino yo también. Pero en lo cotidiano de este tiempo, que es el tiempo del consumismo, del paro, de la desorientación ideológica, todo más o menos circunstancial, igualmente hay que tener en cuenta lo perdurable. También es cotidiano hoy el hecho de que puedes conversar con alguien de Burkina Faso viéndole la cara a través de una pantalla, o sacarte un aparatito del bolsillo de la camisa mientras vas en autobús y hablar con tu primo, el de Alaska, que en ese momento corre despavorido delante de un oso. En cuanto a los andaluces, no son ajenos a la tónica dominante en cada momento; pero sí creo que su expresión tiende más a la imaginación y a la riqueza de lenguaje, como es tradicional. En efecto, Andalucía sigue siendo tierra de buenos poetas.

-”¿Conoce a las nuevas generaciones de poetas? ¿Sigue la actualidad literaria, o su vida en Granada le mantiene apartado de modas y tendencias?

-”Conozco a varios poetas de las nuevas generaciones, no tantos como quisiera. Las instituciones de cada autonomía han dado facilidades para publicar y el número de libros aparecidos mes a mes es prácticamente inabarcable. Naturalmente, sigo la actualidad literaria también por las revistas, la prensa y por los libros que recibo. Quizás con menos atención de la debida ya que, aparte de mis problemas actuales con la vista, viajo casi constantemente, apurando los años que me queden de vida, y hace tiempo que dejé de participar en tertulias, grupos y demás actividades de poetas más jóvenes. Los sigo y les envidio ese entusiasmo y esa ilusión, que también yo tuve.