Diario de León

Si alguien me contradice al fondo del espejo

Publicado por
JOSÉ ENRIQUE MARTÍNEZ
León

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Página en construcción

Luis Bagué Quílez. XXV Premio Unicaja de Poesía. Ed. Visor, Madrid, 2011. 64 pp.

He seguido la poesía de Luis Bagué Quílez desde sus comienzos con Telón de sombras (2002). Conozco también su obra crítica, sobre todo la espléndida investigación Poesía en pie de paz (2006). Por eso puedo hacer algunas afirmaciones iniciales, surgidas de una primera lectura más intuitiva que otra cosa: el nuevo poemario, Página en construcción , es, por ahora, culminación de su lírica; en él se aúnan el poeta y el teórico, el creador y el conocedor de la teoría literaria, el poeta que siente y que piensa. Compone, de este modo, un libro equilibrado, en el que toda emoción poética tiene asiento firme, que en último extremo no es otro que el cedazo del lenguaje. Se trata, además, de un libro muy dispuesto, lo que se advierte en el mismo índice, en el que vemos los poemas distribuidos en historias, metarrelatos, hipótesis, ensayos y monólogos (interiores), en aparente injerencia en géneros no líricos. Por otro lado, Página en construcción es un título que subraya su carácter de obra en marcha, world in progress , «inventario provisional», «hipótesis», como se titula una sección. El mundo sigue y el poeta dará cuenta del mismo en nuevos discursos también provisionales. De lo dicho no debe extraerse la conclusión de que nos hallamos, sin más, ante el texto culto de un versado en poética y retórica, que sí lo es el autor, porque sus poemas nos hablan del mundo desde los primeros versos. «Perdimos otra vez el equipaje. / Las maletas aprenden / a viajar sin nosotros...». Es ante todo una poesía realista la de Bagué Quílez, por cuanto la realidad (inclusos las pequeñas realidades) es el punto de partida, aunque a la observación siga la superación o generalización de diversos modos: por ejemplo, viendo en la acción vulgar del trilero el cumplimiento de una ley universal, «la ley que discrimina / entre el mito y la ciencia, el truco y el engaño»; o por medio de la ironía que se advierte en poemas como «Lavado rápido». La ironía fluye en la visión del mundo que ofrecen muchos poemas. Por ejemplo en la serie de «Metarrelatos». Este título alude, en principio, al relato que se mira a sí mismo, que se interroga sobre su propia naturaleza. Por lo tanto, preocupaciones como la relación entre la realidad y el arte deberían estar presentes en ellos. Lo están de alguna manera, pues el poeta puede referirse al hecho de que estos poemas se organizan como relatos de otros relatos que sugieren las citas que preceden a cada composición: doble mirada entonces, como supone la ironía, ideal y realidad tensionadas, como insinúa la presencia del espejo en varios poemas. Pero es la sección de «Ensayos» la que mejor ofrece esa mirada jánica impregnada de evocaciones intertextuales: «El placer del contexto» evoca un célebre ensayo de Barthes; «Otraedad» alude tanto a la edad del poeta como a la extrañeza del yo; «Estética de la decepción» lo es también de la recepción; «De construcción» evoca también a Derrida, al igual que «La duda retórica» no retrotrae a la duda metódica cartesiana.

Ver el mundo y pensarlo para poetizarlo después. Tal es el objetivo de esta poesía que, en efecto, nos habla del mundo, aunque se sirva de referencias teóricas y técnicas para ofrecérnoslo transformado.

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