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PERE JOAN. HISTORIETISTA E ILUSTRADOR

«Los dos tenemos una visión no lineal del mundo y de la narrativa»

El Proyecto Nocilla es, sin duda, una de las expectativas más interesantes en el terreno de la actual narrativa. «Es sencillamente -“en palabras de Juan Cueto- la literatura de la verdadera transición

Publicado por
E. A.
León

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-”¿De quién fue la idea de arrancar esta última transformación de Agustín Fernández Mallo, y en qué momento entraste tú en el proceso? Después del gran éxito logrado con Duelo de caracoles , ¿necesitabas una derivación creativa como esta antes de volver a emprender algo completamente de tu propia cosecha?

-”Anteriormente yo ya había realizado algunas ilustraciones para el libro de Agustín Yo siempre regreso a los pezones y al punto 7 del Tractatus . Tanto la idea de cerrar con 10 páginas de cómic el Nocilla lab como adaptar Nocilla Experience a novela gráfica son propuestas de Agustín que, curiosamente, coincidieron con mi intención de hacer algo juntos. Para mí era un buen momento para salirme de mí mismo. Dibujar es un acto solitario y hacerlo en base al trabajo de otro te abre la cabeza y te abre a perspectivas diferentes. Duelo de caracoles también fue una propuesta de colaboración por parte de Sonia Pulido, bastante anterior en el tiempo. Este rescate por parte de dos aspectos diferentes de la creación -“la literatura y el dibujo- por dos generaciones diferentes también, y más jóvenes, es algo muy estimulante.

-”¿Cuándo decidiste que ibas a ser tú el encargado de ilustrar el cómic? Recientemente has trabajado con dibujantes como Sonia Pulido, así que, de alguna manera, quedaba abierta la posibilidad de tomar control únicamente del guión y responsabilizar a otros del apartado estético. Aunque imagino que, dibujando Nocilla Experience , pudiste dar con el encantador reto de dar forma visual al viaje imaginativo que acompaña toda lectura-¦

-”Tanto en el caso de la colaboración con Sonia como con Agustín yo parto del respeto a los mundos propios de cada uno. Para Sonia Pulido le hice un guión con el que se sintiera cómoda. Dibujar un libro de otro es un trabajo arduo si tienes una estética propia potente y ese era el caso. Por lo tanto hay que crear sintonía. Con la adaptación de Nocilla Experience decidimos conservar el tono narrativo de la novela, con sus numerosos insertos científicos y referenciales, y que el tono poético que yo creo que tiene Agustín de fondo quedara subyacente. Yo me he encargado de lo que sería el guión adaptado de la novela, llevando a mi terreno, naturalmente, los aspectos que coinciden con mi estética. Resaltando, por ejemplo, los momentos en que se habla de fluidos, o de zonas fronterizas del mundo, donde la materia expresa ideas y las ideas se expresan con una fuerza gráfica sutil, sin subrayados demasiado efectistas.

-”¿Cuáles crees que son los principales puntos de conexión entre tu obra y la de Agustín Fernández Mallo, sin duda dos seres impulsados ante todo por la libertad creativa? ¿Leíste los libros del Proyecto Nocilla en el momento de su aparición, sentías complicidad por el calidoscopio referencial de Agustín?

-”Yo había leído el último Nocilla antes de su aparición pero no así Nocilla Experience . Creo que para el caso de adaptación lo importante es que los dos tenemos una visión no lineal del mundo y de la narrativa. Mi cabeza funciona dando saltos con las ideas, estableciendo conexiones que creo que no son evidentes a simple vista. Por lo tanto la parte calidoscópica del mundo de Agustín ha sido la más placentera. Saltar de un sitio a otro, pero encontrando una línea oculta que une tantas historias. Creo que mi aportación principal ha sido dar visibilidad a la cantidad de metáforas e información que hay en la novela que, al traducirse a imágenes cobran una dimensión inmediata y la relevancia que se merecen. Las Nocillas son de una generosidad de datos que puedan quedar olvidados por la avalancha y al traducirlos a lengua visual se hacen presentes. Un cómic, además de leerse, induce habitualmente a ojearse, a releerse a cachos. Y más en este caso, que el original contiene 111 capítulos más un epílogo. La inmediatez de la imagen fija toda esa información.

-”¿Cuál fue tu aportación concreta al desarrollo visual del cómic? ¿Se dio una dinámica de trabajo, un intercambio de impresiones, entre tú y Fernández Mallo, o fue más bien un trabajo individual, de contraste con uno mismo de principio a fin? ¿Cómo diste con esa acertada organización de las páginas, algunas presididas por un bloque de texto, creando puntos de inflexión, otras disponiendo los paneles en significativas disposiciones geométricas, algunas incluso deshaciéndose de las viñetas, dejando los dibujos flotando-¦?

-”En principio mi preocupación fundamental fue seleccionar, escoger. Pues la imagen ocupa más que la palabra y teníamos que sacrificar algunos aspectos. Eso lo hicimos conjuntamente. Luego yo me encargué de resaltar lo que era más interesante para el lenguaje compartido de la historieta (la imagen y palabra). Luego ya funcioné con absoluta independencia de trabajo, con sesiones de revisión por parte de Agustín, en donde él matizaba acertadamente cosas que a mí se me habían pasado por alto o encontrando puntos de vista más eficaces. Pero he funcionado con independencia, yendo a mi aire. Encontrando un tono para cada capítulo o personaje. Buscando una traducción a los conceptos más abstractos o científicos. Dando un ritmo, encontrando recursos a la diversidad de registros. Creo que para el lector es el libro más rico en hallazgos, en cambios de tono, de todos los que he hecho. En ocasiones se recurre al esquema o a la traducción del texto en pictogramas y en otras se visualiza de una forma más abstracta, más poética, como por ejemplo en algunas de las declaraciones de músicos que salpican la historia y que en un principio yo pensé en suprimir pero no, lo mejor es mantenerlos, porque contextualizan muy bien esa visión del mundo contemporáneo de la obra ferandezmalliana.

-”¿Fue dura la creación visual de los personajes? ¿Existen varias versiones de Sandra, Marc, Mohamed Smith y el resto?

-”Muchos personajes salieron de primera intención. Antón, llamado también Bacterio, estaba claro. Otros bocetos de personaje fueron sorprendentemente, pero con un resultado eficaz, adjudicados por el propio Agustín a alguien que yo no tenía previsto. Pero funciona. Mi dibujo de Smith, el marine que se enamora en Basora, por ejemplo, iba a ser Ernesto, el trabajador de la grúa. Pero así es la vida, incluso en la ficción propia suceden cosas que no te esperas.

-”¿Cuándo tuviste claro que el color debía ser luminoso y rompedor, un factor clave y altamente presente? ¿Esta coloración está fuertemente influida por los tonos básicos del parchís?

-”Yo tiendo a ser muy colorista y aquí tuve que jugar a definir tonos diferentes para cada personaje. Armonizando un aspecto muy de cómic que a mí me gusta, de estilo línea clara, con otros más sobrios para escenas que tienen un tono más crepuscular. Hay una reiteración de atardeceres que yo no recordaba de la novela pero que al dibujar dan una pauta, un tono, un ritmo gráfico. He contado con la ayuda para la aplicación final del color de la artista Flavia Gargiulo, que ha traducido perfectamente mi intención.

-”¿Hasta qué punto tenías claro si debías incluir todas las palabras de Fernández Mallo, o escoger cuidadosamente algunas?

-”Fue al principio casi una obsesión por saber dónde cortar para no hacer un tomo que habría sido el doble de grueso, por lo menos. Pero una vez seleccionadas las partes a incluir he intentado no cambiar las palabras de Fernández Mallo. Y reflejar en imagen y en elipsis gráfica todo lo que pudiera resultar reiterativo dicho en palabras en un cómic. Todo lo que puede ser contado en imagen en un cómic debe hacerse, pero los personajes dicen lo que dicen en la novela. En eso he sido muy preciso. Las voces propias se mantienen. Aquí ha habido corta y pega escrupuloso. Creo que tenía que ser así.

-”¿Se dieron momentos de ahogo creativo, de sufrir grandes dificultades para plasmar en viñetas los alambicados y expansivos textos de Fernández Mallo? ¿Hubo partes del texto con las cuales surgieron problemas para ser incluidas en tus «pantallas visuales»? ¿Alguna secuencia particularmente difícil, o, por el contrario, alguna particularmente placentera?

-”Como yo tiendo de natural a la duda, cada capítulo representaba un reto. Pero al final ves que todo cobra sentido y que la imagen descubre el subtexto de la palabra. Curiosamente, las partes que pueden parecer más alambicadas, las descripciones de conceptos abstractos o las científicas, son las que a mí me aportan más placer. Ahí he disfrutado especialmente y el hecho de encontrar soluciones a esto, a traducir el pensamiento abstracto y organizar los numerosos insertos y registros diferentes, creo que es mi mejor aportación tanto a este libro como al crecimiento del lenguaje del cómic.

-”¿Podrías comentar qué otros planes artísticos tienes en tu agenda? ¿Consiste alguno, por ejemplo, en que Agustín Fernández Mallo dibuje un cómic sobre un libro tuyo?

-”Hombre, no sobrecarguemos a Fernández Mallo de trabajo dibujando. Aunque creo que haría una buena versión cartográfica, mezclando fotos y poemas, goo-guelizando algún trabajo mío. Eso no lo dudo. Ahora, como contrapunto a dibujar el texto de otro, estoy metido en varios guiones propios a la vez. Y alguno incluso excederá el formato de libro. En eso coincido con Mallo, en un interés por integrar visiones poliédricas de la realidad.

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