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Publicado por
ALFONSO GARCÍA
León

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La honda de David

Rogelio Blanco Martínez. Ed. Endymion (col. Ensayo), Madrid, 2011. 286 pp.

En cuatro bloques – Tierra , Piedra , Honda , Viento - se agrupan los contenidos de este nuevo libro de Rogelio Blanco, que afirma en la Introducción: « La honda de David es el cuarto libro que con títulos o metáforas viejotestamentarias recogen las pequeñas piedras que selecciono para mi zurrón. Unas son gruesas, otras planas, otras…; unas elegidas, otras sugeridas, otras……; mas todas articuladas por mis manos. Todas me acompañan».

La larga presencia de Rogelio Blanco en libros de diverso enfoque y autoría colectiva o mediante prólogos, artículos en revistas y periódicos son la base de este libro recopilatorio que acoge una larga treintena de trabajos. En todos ellos, como es habitual en su obra, hay un hondo calado humanista que ofrece una mirada singular, distinta. Esta condición, que tiene su fundamento en el acopio de saberes, proyecta sobre los temas, además, la reflexión de quien se ampara en un entramado filosófico bien asentado en una sólida estructura y en curiosidades múltiples, raíz de la curiosidad, como se sabe, del gusto por el conocimiento. Ésta es, precisamente, una de las líneas que aborda en algunos trabajos, como es, en otros casos, su tierra natal, la «tierra-matria y auroral», patria también del acceso a una lengua mediadora que nos universaliza. Es este espíritu de universalidad el que da sentido a estos planteamientos puesto que transcienden lo concreto y anecdótico para entroncar con la verdadera preocupación humana siempre en camino y búsqueda.

En la variedad aludida, hay una notable incidencia en el hecho literario, obras que lo representan y prestigian y autores que lo cultivan. Entre ellos, y por subrayar los cercanos dentro de un generoso abanico, Leopoldo Panero, Antonio Gamoneda, Bernardo García Pintado, Pedro Víctor Fernández o Antonio Peláez Álvarez.

En fin, estamos ante un nuevo libro de Blanco Martínez que recoge textos diferentes que conforman una miscelánea sobre pintura, poesía, narrativa, lenguaje, lectura, filosofía… Esta variedad, que confluye en el conjunto de las apreciaciones, permite el contraste lector rápido, el cambio de ritmo en su ejercicio y el goce de los enfoques y su aprendizaje. Pocas veces es tan certera la afirmación de que en la variedad está el gusto. Resulta que aquí también el saber. Y el disfrute.