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Publicado por
NICOLÁS MIÑAMBRES
León

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Religiosidad popular en

verso. Últimas manifestaciones en verso perdidas en

España e Hispanoamérica

Máximiano Trapero. Ed. Frente de Afirmación Hispanista A. C. México, 2011. 780 pp.

Natural de Gusendos de Los Oteros (una de las poblaciones leonesas que con mayor fidelidad conserva las tradiciones de Navidad y de Semana Santa) Maximiano Trapero es uno de los pocos investigadores capaces de abordar una obra de semejante magnitud. Autor de medio centenar de libros y de cientos de artículos, Maximiano Trapero goza de otro privilegio científico: leonés de nacimiento, ha sido catedrático de Filología Española en la Universidad de las Palmas de Gran Canaria y ha llevado a cabo múltiples viajes de investigación a Hispanoamérica a lo largo de dos docenas de años. Sólo así se explica la brillantez de Religiosidad popular en verso.

Aparte de los admirables resultados que ofrece su panhispánico estudio, el fenómeno de la poesía improvisada es una de sus aportaciones más brillantes. Sin olvidar que su obra abarca, con una abrumadora cantidad de documentos literarios, la intensa hilazón artística entre la Península, Canarias e Hispanoamérica. Es imposible en un comentario de esta condición exponer la temática desarrollada, pero, aunque sucinta, se hace imprescindible una relación. Cien páginas de «Estudio introductorio» dan paso a «Los romances religiosos, un devocionario en verso», bloque al que sigue el bloque III, «El canto a lo divino de Chile», adentrándose en la «divinización de la poesía popular». Todo ello, sin olvidar un aspecto métrico decisivo: la utilización en Hispanoamérica, en vez del romance, de la décima, estrofa enriquecida con la glosa , de sorprendentes resultados en la poesía improvisada. La condición de estos poetas con capacidad de improvisación absoluta y misteriosa (lo que da lugar a verdaderos fenómenos de masas de los que Maximiano Trapero es testigo y editor en algún caso de sus frutos poéticos) incluye el homenaje al eximio padre Miguel Jordá, artífice de la conservación de este fenómeno.

El bloque IV («Otros géneros de cantos ´a lo divino´») da paso a «Cantando a la muerte», uno de cuyos apartados, «Una controversia sobre la muerte», muestra de forma admirable los prodigios de los payadores o poetas repentizadores. En el tema de la muerte se sitúa también el bloque VI, «Los velorios del angelito», fiestas poético-religiosas en honor de un niño muerto, transformadas en celebraciones estremecedoras. «Los ranchos de ánimas y de Pascua de Canarias», con sus «coplas y deshechas» se continúa en el recorrido por España en el bloque VIII, «Los velorios de cruz y otros velorios». Como es obvio, no podía faltar el mundo navideño, estudiado en el bloque IX, mundo en el que Maximiano Trapero es una autoridad, lo que explica que él sea el acuñador del término «la pastorada leonesa» y uno de sus mejores conocedores. Gusendos de los Oteros será escenario privilegiado y motivo de homenaje en el bloque X, «Ciclo de la pasión y los alabados».

«Lo mucho que tenemos y lo poco que sabemos», uno de los epígrafes incluido en el último bloque («El teatro de tipo popular: una visión panorámica») sirve de colofón perfecto a estas líneas: triste es la condición del pueblo que ignora su pasado. Felizmente, Maximinao Trapero ha vencido en esta batalla de la ignorancia. Es inconmensurable su esfuerzo investigador por demostrar algo que con frecuencia se olvida: Hispanoamérica ha hecho fructificar sobradamente, con misteriosos frutos estéticos, la semilla que España cristiana sembró en la Conquista.

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