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LAURA GALLEGO. ESCRITORA

«La mayoría de mis lectores son jóvenes, y viven las cosas con pasión»

Acaba de aparecer la esperada novela Donde los árboles cantan, de Laura Gallego. Tras el éxito de Memorias de Idhún o Dos velas para el diablo, los muchísimos jóvenes lectores de la escritora valenciana se sorprenderán seguramente con esta nueva obra cargada de amor y aventuras, con un ritmo vertiginoso y un final apasionante.

La escritora Laura Gallego piensa que «es maravilloso poder compartir con los jóvenes mis historias…».

Publicado por
S.M. / A.G.
León

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—¿Qué destacaría de Donde los árboles cantan ?

—Está formada por tres historias entrelazadas: por un lado está la historia de Viana, una doncella obligada a renunciar a todo cuanto conoce y a iniciar una nueva vida muy diferente a la que llevaba. Por otro, está la de Uri, el muchacho del bosque, cuyo pasado y circunstancias constituyen todo un misterio que Viana deberá resolver. Y por último tenemos la historia de Nortia, un reino invadido, el marco de las historias de Uri y Viana, y también su nexo de unión. Así que las tres historias se van trenzando a lo largo del libro para formar una sola, que tiene su raíz, cómo no, en el mítico lugar donde los árboles cantan.

Pero estas historias no tendrían ningún sentido sin los personajes, no solo los principales, sino también los secundarios. Así, aunque la novela cuenta, entre otras cosas, la evolución de Viana, también he intentado que otros personajes como Robian, Belicia, Lobo, Uri o incluso Harak sean algo más que simples actores en la novela y tengan su propia problemática y personalidad.

El tercer y último aspecto que destacaría de esta obra es que es una novela suelta, que no tiene continuación. Sé que es muy habitual en la novela fantástica y juvenil actual escribir sagas y continuaciones de casi todas las novelas, pero yo prefiero no hacerlo por sistema, sino solo cuando lo creo necesario.

—Los que la han leído la describen como su mejor obra. ¿Cuáles han sido sus influencias? ¿Qué autores y géneros la inspiran?

—Creo que todo lo que leemos nos influye de alguna manera, incluso los libros que no nos han gustado. Mi formación como lectora incluye obras de todo tipo, pero especialmente literatura fantástica, ciencia ficción, juvenil y clásicos. Donde los árboles cantan , en concreto, tiene mucha influencia de los libros de caballerías medievales y renacentistas, ya que es el tema de mi tesis doctoral y estaba trabajando en ella cuando comencé a desarrollar la historia. Pero la manera de narrar es más moderna, así que también podría remitir a la novela de aventuras medievales del XIX, tipo Ivanhoe , Las aventuras de Robin Hood , etc. Al mismo tiempo tiene mucha influencia de los cuentos de hadas. En principio, el mundo en el que se desarrolla la historia es un reino medieval, imaginario, en el que no parece haber nada mágico o fantástico más allá de las leyendas que se cuentan sobre el Gran Bosque. Estas leyendas incluyen muchos motivos folklóricos que pueden encontrarse en los cuentos tradicionales. Naturalmente, Donde los árboles cantan no es una novela histórica, sino fantástica, por lo que, de una manera o de otra, estas leyendas cobrarán vida... pero la forma en que lo hacen remite también a la fantasía actual. Hay, además, una historia de amor que tiene algunos elementos que ya habían aparecido en otras novelas mías y que están también en algunos cuentos de hadas tradicionales.

—¿Quién es Viana en realidad: la dulce doncella enamorada de Robian, la intrépida compañera de Lobo, la vengadora de Nortia, la fiel amiga y «maestra» de Uri…?

—Viana es todo eso y mucho más. Es una chica que está creciendo y evolucionando, que aprende y madura con cada experiencia y, por tanto, no se trata de un personaje monolítico. La veremos cambiar a lo largo de la novela porque las circunstancias que vive la obligan a crecer muy deprisa.

—¿Cree en Internet como vía para el fomento de la lectura? ¿No puede llegar un momento en que se lean muchos tweets , muros y blogs y menos libros?

—Internet es sobre todo un medio de comunicación. Permite que muchos lectores físicamente alejados entre sí comenten y se recomienden libros unos a otros. Las redes sociales sirven precisamente para ponerlos en contacto. Y los lectores hablan de libros. Hay críticas literarias en blogs especializados, eventos literarios convocados a través de Facebook o tweets que informan en 140 caracteres de lo que está leyendo el usuario o de la última noticia referente a su autor favorito. Si quieres estar en la onda de los lectores internautas, al final tienes que leerte los libros de los que están hablando. Viene a ser como cuando en el recreo todo el mundo hablaba del último capítulo de una serie que tú no habías visto. Solo que a nivel mucho más amplio, porque en tu clase puede que solo haya dos o tres lectores habituales, y puede que ninguno de ellos comparta tus gustos literarios; pero, si buscas en internet, seguro que encuentras una entrada en un blog o un hilo en un foro literario que habla precisamente de ese libro que tanto te ha gustado. La lectura se socializa a través de internet y deja de ser un placer solitario, y creo que eso es importante, sobre todo para los lectores jóvenes, que necesitan compartir con otras personas las cosas que les entusiasman, hablar con otros jóvenes sobre sus autores o libros preferidos. Internet lo hace posible. Es una herramienta y, como todas las herramientas, hay que buscarle el mejor uso posible.

—Sus lectores le han echado de menos estos últimos tres años. ¿Ha sido un periodo de descanso o de reflexión?

—He estado alejada de eventos, firmas, ferias y presentaciones por motivos personales, pero no he dejado de escribir y publicar. En estos tres años he publicado siete libros, así que los lectores no pueden haber echado de menos mi literatura, porque han seguido llegando novedades mías a las librerías de forma más o menos regular. En todo caso, habrán echado en falta mi presencia física (que no virtual, ya que también he estado activa a través de la red).

—¿Considera que el autor se debe dedicar solo a escribir? ¿Qué opina de las presentaciones, firmas de libros y «giras» que hoy en día hacen los autores empujados por las editoriales?

—Yo creo que cada autor debe hacer lo que considere más conveniente, faltaría más. Los hay más prolíficos y menos prolíficos. Los hay que pueden escribir en cualquier lugar, y otros que necesitan un espacio de trabajo adecuado para concentrarse. Los hay que publican un libro cada cinco años, y por tanto tienen tiempo de sobra, entre libro y libro, para dedicarse a hacer giras, firmas y presentaciones, y los hay que necesitarían que el día tuviese más horas para poder escribir todo lo que tienen en la cabeza, y que publican dos o tres títulos al año, o incluso más (y por tanto no pueden hacer una gira para cada novedad). Los hay que pueden escribir un libro en tres semanas, y los hay que necesitan tres meses, o tres años. Los encuentros con lectores son importantísimos, pero en su justa medida. Creo que, si un autor quiere escribir y no puede hacerlo porque las actividades con lectores consumen todo su tiempo y energía, algo está fallando. Es absurdo que un escritor profesional no tenga tiempo para escribir.

—¿Qué es lo que más valora de su relación con los lectores?

—Sobre todo, su ilusión, su entusiasmo y su sinceridad. La mayor parte de mis lectores son jóvenes, y viven las cosas con una pasión altamente contagiosa. Es maravilloso poder compartir con ellos mis historias y saber de primera mano lo mucho que les ha gustado tal o cual novela, o cuánto odian o admiran a tal o cual personaje. Y es maravilloso también poder comprobar que, en efecto, y mal que les pese a algunos, los jóvenes lectores existen.