Siete siglos de historia
Los señores de Bembibre
Antonio M. Díaz Carro. Ed. MIC, León, 2011. 152 pp.
Antonio M. Díaz Carro, además de por nacencia, está vinculado a Bembibre por dedicación y estudio. Su Historia de Bembibre marca, sin duda, un antes y un después en el conocimiento histórico de la villa berciana.
«Hasta aquí –concluye en la obra ahora comentada- es cuanto sabemos de todos los nobles que han ostentado el señoría de las tierras de Bembibre y sus aldeas». Antes, el verdadero corpus de esta nueva obra: «Presentamos –escribe- una nómina completa de todos los nobles que, en distintas épocas, han detentado el Señorío de Bembibre».
Siete siglos, en definitiva, que ya es decir. Desde el año 1304 en que se inicia el Señorío con el linaje real de «La Cerda», concretamente con Alfonso de la Cerda, hasta 1940, que lo finaliza María de la Concepción Martorell y Castillejo. En épocas intermedias, Enrique Enríquez de Mendoza, con cierto protagonismo en las famosas justas del Paso Honroso, en 1434, al que siguen otros Enríquez, Pimentel, etc. Muchos nombres propios, de los que se ofrecen las referencias más sobresalientes, aunque hayan existido perfiles de relieve, curiosos, anodinos, de notable prestigio (es el caso de Bernardino Pacheco Téllez Girón, en el siglo XIX)… Gustavo Puente, que prologa la obra, afirma que el autor «expone con claridad y precisión el entramado del Señorío de Bembibre a través de los entresijos de los diferentes linajes que estuvieron al frente del mismo».
Uno da fe de esta claridad y precisión. Y de su capacidad para plasmarlo en un texto ágil y pedagógico, que no en vano Díaz Carro acota previamente el asunto explicando los límites del territorio y cuanto es necesario para contextuar el conjunto. Y, por supuesto, para garantizar el rigor señalando las fuentes de una selecta bibliografía y archivos consultados.
Además de que la obra enriquece, ampliando o rectificando en algunos casos, la anterior publicación del autor, de 1978 –reeditada en 1993 por el Ayuntamiento de la localidad-, ésta, además de los valores esenciales señalados, está impecablemente editada, con magníficas fotografías, escudos, documentos, genealogías de linajes… que ayudan en el conjunto global de su lectura y el correspondiente aprovechamiento.